El mundo de la cocina constituye un escenario que se presta continuamente a la experimentación. Conseguir que la comida se convierta en todo un deleite para los sentidos es cuestión de probar y seguir probando a golpe de mezclas, aromas, condimentos, texturas y demás aspectos multiplicadores.
Sin embargo, a la hora de escapar de la rutina gastronómica, contamos con multitud de opciones orientadas a conseguir que un alimento dé lo mejor de sí en cada plato. En concreto, existe un amplio menú de ingredientes que ayudan a potenciar el sabor. A continuación, te mostramos tres de ellos para convertir cualquier paladar en territorio enriquecido.
Si de añadir sabor se trata, la trufa es uno de esos ingredientes estrella que ocupa lugar en el podio, ya que cuenta con la capacidad de transformar el clásico plato anodino en toda una experiencia para el gusto. Una de las particularidades de la trufa es que no necesita ser cocinada para extraer de ella todo su potencial.
Ejemplo de ello lo vemos en un producto que jamás pasa desapercibido: los huevos trufados. En este caso, la trufa deja un increíble aroma en los huevos y gracias a que estos tienen una capa porosa, el aroma de la trufa penetra en ellos dejando todo su aroma en el huevo, especialmente en la yema.
Es amplio el abanico de platos en los que la trufa puede cobrar ese protagonismo diferenciador, siendo además un elemento que no necesita de grandes dosis para dejar huella, ya que cuenta con una esencia de gran vigor. Pequeñas cantidades bastarán para rematar con acierto todo tipo de pastas, salsas o arroces.
Como recomendación, sólo añadir que lo ideal en estos platos es aplicar la trufa minutos antes de que finalice la receta, ya que de esta manera el tiempo y el calor terminarán de impregnar bien la trufa en la comida.
La salsa de soja es otro de los grandes aliados pro sabor. Su peculiaridad radica en la poca cantidad que es necesaria emplear para obtener cambios significativos en nuestras comidas; con una sola cucharada suele ser más que suficiente. Se trata de una salsa cuya acción toma mayor cuerpo en salteados de verduras, en los que intervienen elementos como calabacines, brócolis, espárragos, calabazas, etcétera.
La manera conveniente de aplicar la salsa de soja no implica dificultad alguna: se esparce a través de una cucharada en el momento en el que la cocción llega a su término y se mezcla bien con el resto de ingredientes. Sus consecuencias son instantáneas: la salsa acaba dorándose hasta expulsar toda la intensidad de su aroma. En este caso, lo ideal es elegir salsas de soja que procedan de la zona oriental, ya que suelen estar dotadas de una mayor consistencia y espesura.
Si tus inclinaciones palatinas pasan por añadirle un toque hindú a tus creaciones gastronómicas, el ingrediente secreto al que debes recurrir es el cardamomo verde. Exotismo y fragancia son sus elementos de distinción, sobre todo cuando se emplea en cualquier modalidad de arroz o en tés a los que pretendemos sacarle mucho partido.
El cardamomo verde se usa con mucha frecuencia en la India. Para conseguir el tono de sabor predominante en esta zona del mundo, tan sólo es preciso emplear una o dos unidades de este ingrediente. Con esta dosis su efecto se despliega sin interrupción sobre platos abundantes elaborados para dos ó tres personas.
Es extenso el ramillete de platos en los que el cardamomo verde puede dejar todo su potencial con éxito. De esta forma, destacan los arroces, los sofritos y las cremas, que combinan muy bien con el sabor amable y afrutado del cardamomo.
En definitiva, estamos frente a tres ingredientes que son capaces de aportar vigor y profundidad sin necesidad de recurrir a grandes cantidades. ¿Y tú? ¿Ya has probado alguno de ellos? ¡Estamos seguros que te encantarán!.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |