La comida japonesa tiene una gran influencia de países extranjeros, pero los cocineros han acabado desarrollándola como si fuera suya, haciendo ciertas modificaciones. Lo más característico de este tipo de alimentación, además de ser una de las dietas más saludables, es la calidad, frescura y presentación de sus ingredientes.
Los platos más conocidos son el sushi y el sashimi. Pero no debemos dejar de lado la importancia de comidas elegantes como el kaiseki, una comida ligera que originalmente se servía en las ceremonias de té y que actualmente se puede encontrar como entrante en algunos restaurantes japoneses.
Por supuesto, el elemento estrella es el arroz blanco. Cualquier otro platillo servido durante la comida se considera secundario, ya que se utilizan para realzar el sabor del arroz. También predominan las verduras y setas, así como el marisco. Y como condimentos cabe destacar la salsa de soja y el wasabi.
Es común que en el ámbito doméstico se desayune una sopa de miso (miso shiro), arroz y un vegetal encurtido. La comida del medio día, por otro lado, consiste en una sopa acompañada de tres platillos secundarios, cada uno de ellos elaborado con técnicas diferentes, y que consisten en pescado crudo (sashimi), un platillo a la parrilla y un tercero cocinado a fuego lento.
Los platos que más han sido exportados a Europa son: la tempura (verdura frita rápidamente para que no pierda la textura original), el teriyaki (carne, pescado o vegetales a la plancha cubiertos con una reducción de salsa de soja endulzada), el unagi (anguila a la plancha), los tallarines cocinados de diversas formas (destaca el ramen) el tofu servido en sopas, el sashimi de fugu (pez globo) o rebasashi (hígado de vaca normalmente) y el bien conocido sushi, con los ingredientes colocados sobre un bloque de arroz. Los dulces más típicos son el wagashi o el dango (saquitos de masa cocidos rellenos de arroz). Por su puesto, las bebidas más consumidas son el té y el sake (un licor de arroz).
Cabe destacar además la disposición de los elementos en la mesa. Normalmente se colocan cinco cuencos y platos separados antes de la comida. Junto a cada comensal se sitúa el cuenco de arroz a la izquierda y el de sopa a la derecha. Frente al mismo se encuentran los tres platos secundarios. Los famosos palillos para disfrutar de la comida a modo de cubiertos se colocan frente a quien va a comer, con los extremos afilados hacia la izquierda.