La idea del etiquetado semáforo, que surgió en el Reino Unido a finales del año pasado, empieza a tener detractores, apenas comenzada su andadura.
El etiquetado semáforo consiste en la información nutricional, como siempre, pero además con un código de color. De modo que desde lejos ya se puede apreciar lo sano o insano que es un alimento, según las proporciones de grasas, hidratos, azúcares, etc.
En el Reino Unido surgió la iniciativa, buscando mejorar la salud de los ciudadanos, el incremento de peso, al igual que en muchos otros países, demandaba tomar alguna solución al respecto.
Así apareció esta idea basada en un etiquetado mixto, información por un lado de las cantidades de cada nutriente y el código de color: rojo, naranja y verde, que da nombre al etiquetado. Al parecer no fue fácil homogeneizarlo para todos los productos, pero al final se alcanzaron los acuerdos al respecto. Estandarizar el etiquetado ha sido posible, a pesar de la disparidad de ellos que ya existían en el Reino Unido.
Para los consumidores es más fácil este sistema, porque no hay que estar leyendo los caracteres, a veces sospechosamente pequeños.
Se pretende incluir en breve, las cantidades diarias recomendadas de cada nutriente, para completar el etiquetado y que la gente conozca realmente qué come y qué es lo que necesita.
Este sistema no es obligatorio, aún hoy sigue siendo voluntario, pero claro no queda muy bien que los demás lo tengan y tú no.
Pero desde que apareció no han dejado de surgir problemas, resulta que ahora un zumo de naranja es peor que una coca cola light, con este sistema de etiquetado, por ello muchas empresas han empezado a levantar la voz.
Por esto, ahora se considera que este etiquetado no se basa en criterios científicos sólidos. Desde Italia por ejemplo, se apunta a que es muy simplista clasificar los alimentos por solo tres colores, ya que no se tiene en cuenta la combinación de alimentos en el total de la dieta.
También han protestado empresas británicas, aduciendo que un refresco light tiene menos de 1 caloría y no tiene azúcar, con lo que se podría calificar de saludable, pero no han tenido en cuenta los colorantes, saborizantes, etc., algunos de sobre conocidos por su insalubridad.
A pesar de todo, ha sorprendido la aceptación de esta medida entre los comerciantes y empresas del sector, que se han apresurado a instaurar el etiquetado semáforo.
Para los detractores, el error está sobre todo en considerar cada alimento por separado, cuando de lo que se trata es del conjunto de la dieta, que sea equilibrada.
Si el consumidor se fiara solo de este etiquetado, probablemente comiera insano, véase el ejemplo de la coca cola o una hamburguesa prefabricada frente a un filete fresco.
Para la Food Drink Europe, no se deben tomar iniciativas individuales, esta organización vela por la homogenización de los etiquetados, decisiones que se deben tomar en conjunto y por votación.
Incluso la Comisión Parlamentaria se pronunció en contra de las etiquetas semáforo, por que inducen a confusión en los consumidores.
Aún así el reglamento de Unión Europea, contempla la posibilidad de que un país individualmente, pueda poner en práctica una iniciativa de este tipo, aunque cualquier iniciativa individual iría en contra de la idea de una Europa unida y de un mercado común entre todos los países miembros.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |