Thierry Hascoët y David Rodríguez son unos recién llegados al barrio, ya que hace a penas dos semanas que han abierto La Fábrica de las Maravillas, el bar donde producen su propia cerveza. Y es que a este francés y a este estadounidense de raíces españolas no les ha hecho falta estar aquí mucho tiempo para darse cuenta de que el barrio de Malasaña rebosa cerveza por los cuatro costados; si no es por los múltiples bares que hay uno al lado de otro, la encuentras gracias a unos individuos asiáticos a la salida del metro, o en cualquier esquina en la mano de algún grupo de jóvenes (y no tan jóvenes) a modo de litrona.
Los dos amigos siempre han sido de costumbre cervecera, y se daban cuenta de que allá donde iban, siempre se las servían de importación, hasta que un día pensaron que por qué no producir su propia cerveza, una de calidad, y es que según palabras del francés, “¿por qué importarla si la podemos hacer aquí, con nuestras propias manos?”. Y eso es lo que hicieron.
De momento tienen seis productos con curiosos nombres inspirados muchos de ellos en el barrio: la Malasaña Ale, la más ligera y por lo tanto, la más adecuada para los que gustan beber más de una y más de dos (5º de alcohol); la Saison Valverde, refrescante, ideal para el verano (6º); la Fl(ipa), una cerveza tipo IPA de color ámbar y algo más fuerte (7º); la Triple Maravillas, inspirada en el nombre del local es una triple estilo belga (9º), la Cabrona, una cuádruple muy oscura bastante potente que hace honor a su nombre (10º), y la Imperial Stout, una negra muy maltosa con notas de chocolate, caramelo y nuez (11º). Pero estos chicos no se olvidan del público que no consume alcohol, puesto que también tienen una soda de jengibre que prometen que será toda una revolución.
Por otro lado, el local está de lo más cuidado. Consta de una barra, una sala de degustación donde poder probar los distintos tipos de cerveza, unas cuantas mesas y detrás, a la vista del público, la pequeña fábrica del magnífico líquido. Es un espacio pequeño pero diáfano, sin demasiados muros y cuidadosamente diseñado por Tamara Pintado, otra de las socias junto a su hermana Estefanía, Hernando Salazar y la pareja de Rodríguez, Lavinia, por lo que todo queda en familia.
Thierry y David esperan producir unos 100.000 litros anuales de cerveza, de los cuales ya distribuyen parte a otros establecimientos, como El Irreale (c/la Ballesta 15) y El Martínez (c/Barco 4). Podrás tomarte una de sus cañas por 1,90, pero siempre con moderación.