El Futuro de Algunos Jóvenes Talentos. Más Allá de Estereotipos

Desde el verano pasado, desde ASCAIB venimos realizando un taller de cocina en un centro de menores de Palma de Mallorca. Este mes, nuestro presidente Koldo Royo, ha firmado el convenio con la Consellería de asuntos sociales de Baleares, para formalizar nuestra actividad en el Centro, algo que nos llena de satisfacción por el trabajo que hemos desarrollado para conseguirlo. Seguro que estaréis pensando que esta noticia ya la conocías, o que tiene poca o ninguna trascendencia para el mundo de la gastronomía, es cierto, pero con matices que modifican esta percepción completamente. Si analizamos la actualidad gastronómica y la realidad social veremos un abismo inmenso, lleno de contradicciones, en el que las personas más desfavorecidas quedan relegadas al margen de todo conocimiento actual, ende de poder incorporarse a la vida laboral en condiciones mínimamente competitivas. Algunas señales podemos identificarlas por nosotros mismos al evaluar un Currículum Vitae, alguien que no tiene capacidad económica no puede optar a una formación complementaria que le pueda garantizar la excelencia laboral. 

    Os preguntareis el motivo de tan larga y obtusa introducción, pero es necesaria la reflexión en los tiempos que corren, la velocidad a la que nos imponen movernos, el poco o ningún espacio para la reflexión profunda, la conciliación familiar… y tantos pequeños placeres que nos son negados por los procesos laborales en la actualidad. En fin, nadie tiene tiempo para casi nada, ni siquiera para satisfacer nuestro ego más profundo al enseñar a otros los conocimientos adquiridos mediante nuestra experiencia vital y académica. La realidad es dura, muy dura, podemos disfrazarla de positividad mediante las nuevas corrientes pseudofilosóficas, dotando de razonamiento filosófico a algo que no lo es. Y se bien de que hablo, al tener una filósofa como pareja te confronta con la realidad más dura, y sí, es difícil aceptarlo, pero acabas dándole la razón. 

      Todo esto viene a cuento para introducir sucintamente, la experiencia vivida hasta ahora en el Centro de menores, que, si bien están cumpliendo medidas judiciales de privación de libertad, no dejan de ser adolescentes con vidas duras y poca ayuda del mundo para superarse a sí mismos. En el taller de cocina, en el que les enseñamos a cocinar a nivel profesional y dándoles la oportunidad de incorporarse al mundo laboral una vez finalizado el curso académico a los más avanzados, vemos como su obsesión es parecerse a personas con mucho poder adquisitivo, pero con una cultura pobre o nula, relacionan dinero con “vivir bien”, olvidándose del esfuerzo habido para alcanzar metas en el mundo laboral, amén de los problemas propios de la convivencia y el hacer de cada día en este mundo laboral, cada vez más exigente. Cuando vas descubriendo que se emocionan al aprender a elaborar una masa de pasta fresca, unas empanadas, a cortar cebolla, a cortar patatas… entonces sientes un orgullo inmenso que no se paga con ningún dinero, que te llena y por el que no necesitas más palabras que los gestos y miradas de felicidad de los chicos, a esto se le llama altruismo, no esperar nada a cambio de la labor más bonita del mundo, enseñar y trasmitir conocimiento, sin aspavientos ni etiquetas, sólo esperando que ellos algún día puedan sentirse igual de realizados como los que tenemos la suerte de participar en este impresionante reto. No es fácil, pero el esfuerzo vale la pena.

“No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar” Sócrates (Atenas, 470 a.C. - id., 399 a.C) Filósofo griego