6960 recetas de cocina   |   17302 noticias de gastronomia   |   579 autores   |   21 empresas



El Fenómeno de los Restaurantes "sobre Vendidos"


share by WhatsApp

Mari Angeles Gallardo
Amante de la cocina



A todos nos ha sucedido alguna vez al ir a tomar un vuelo que nos digan que está sobre vendido, por lo que algunos pasajeros con billete en mano y vuelo reconfirmado se quedan en tierra contra su voluntad. Las aerolíneas justifican esto diciendo que debido a que algunos pasajeros no se presentan a última hora los aviones salen con asientos vacíos ocasionando una pérdida para la línea aérea y se tienen que proteger vendiendo más lugares que la capacidad real del avión. A final de cuentas el verdadero perjudicado es el pasajero que no puede viajar. Algunas líneas americanas ofrecen una compensación dando un cupón para usar en un viaje futuro y hay personas que con este aliciente se ofrecen de voluntarios encantados de la vida. En otros países, encima de no dar compensación alguna, le dicen a uno que es culpa suya por no haber llegado más temprano.

Pues resulta que en un reciente viaje a París he descubierto que algunos restaurantes están utilizando una política semejante para reservar mesas, protegiéndose de que se les quede alguna mesa vacía al no llegar alguien que haya reservado. Me parece normal que den la mesa si el cliente no llega a tiempo, aunque generalmente se da un período de gracia de 15 a 30 minutos. Pero lo que les voy a relatar no tiene justificación alguna.

Como mi marido y yo solo íbamos a pasar una noche en París antes de continuar viaje a Estambul y teníamos mucho interés en cenar en el Relais Louis XIII de Manuel Martínez, llamé con dos semanas de anticipación para reservar una mesa. El maître que me tomó la reserva, cuyo nombre era Patrique, me dijo que tendría que reconfirmar el mismo día en que iríamos a cenar. Esto de reconfirmar es otra costumbre copiada de las aerolíneas. Le expliqué que llegaría a París hacia las cuatro de la tarde y le llamaría una vez en el hotel. ?C?est bon, madame, c?est noté?.

Tal como habíamos quedado, según llegué al hotel llamé para reconfirmar y la persona que contestó el teléfono, que era bastante descortés, me dijo que como yo no había llamado antes del mediodía ya habían dado nuestra mesa. Después de relatarle lo que habíamos hablado el maître Patrique y yo, me dijo que no había nada que el pudiera hacer pues todas las mesas estaban ocupadas, que Monsieur Patrique no estaba en ese momento y que fuéramos el martes siguiente, ya que domingo y lunes estaba cerrado. Insistí diciendo que era la única noche que pasaríamos en París: yo insistía en que tenían que respetar mi reserva y el insistía en que estaba ?desolé? pero que no había mesa y que tendría que esperar hasta volver a París. De ?desolé? nada, le importaba un comino hacernos esa mala pasada: al fin y al cabo, diría él, son un par de extranjeros y nos da igual que vengan o no. Por supuesto, dije, y sostengo que nunca nos verán por allí: con la cantidad de restaurantes que hay en París lo único que nos falta es estarle rogando al Relais Louis XIII para que nos reciban.

Todo mundo habla de la crisis a partir del 11 de septiembre: que los americanos no viajan, que no hay turismo, que los restaurantes y los hoteles están vacíos, etc. etc. Después de llamar a mas de 10 restaurantes acabamos cenando en el hotel pues en ninguno había mesa, o sea que crisis, lo que se dice crisis, tampoco.

Pues resulta que unas semanas después al volver a pasar por París, reservé una mesa en un pequeño restaurante ?L?Epi Dupin? para comer con una amiga al día siguiente. He de aclarar que yo nunca voy a un restaurante sin reservar para evitar el problema de desplazarme hasta allí y que no haya mesa. Me confirmaron una mesa para dos y me pidieron mi número de teléfono. Como tengo ?la suerte? de compartir el apellido con un futbolista del Mónaco, no tuve ni que deletrearlo, pues enseguida me dijeron ?Gallardo, comme le futboliste, oui, oui?, o sea que no había duda de que no hubieran tomado bien el nombre.

El restaurante estaba prácticamente vacío cuando llegamos. Al dar mi nombre empezaron a cuchichear dos empleados mirando la lista de reservas y me dijeron que estaban ?desolés? (sólo con escuchar la palabrita se me pusieron los pelos de punta) pero que habían cometido un error al confirmarme la reserva y que no había mesa. Les hice notar todas las mesas que tenían desocupadas y me dijeron que todas estaban reservadas. Otra vez empezó la discusión por una mesa:

- ?Usted me la confirmó?
-?Sí pero me equivoqué?
-?Tenía usted mi número de teléfono para avisarme?
-?Me di cuenta hace un rato solamente?
-"Cuéntele usted al próximo que llegue la misma historia que me está contando?
-?Es que usted fue la última en reservar y ya no hay mesa?
-?Eso mismo le puede decir al próximo que llegue?
-?Es mi culpa, me equivoqué?
-?Esto es una absoluta descortesía. Ya estoy aquí y me deben de dar una mesa?
-?La podemos poner en la barra? (¡Había que ver el tamaño de la barra!)
-?Yo reservé mesa?
-?Me equivoqué ?
-?C?est fini, au revoir? , dije indignadísima mientras abría la puerta del restaurante.

Debí haber dicho ?à jamais?, pues literalmente ?au revoir? quiere decir hasta que nos volvamos a ver. Por supuesto nunca me volverán a ver por allí. Conozco muchos restaurantes de la misma categoría en donde lo reciben a uno cordialmente y se come muy bien, como L?Equitable, La Bastide Odéon, Le Réminet o La Cigale. En este último he de decir que sirven los soufflés más deliciosos que he comido. Estos lugares los he descubierto usando la guía de Léo Fourneau ?Elle, las mejores mesas de París por menos de 200 francos?.

Como resultado, mi amiga Lucienne y yo, muertas de hambre y de muy mal humor, empezamos a recorrer los restaurantes de la zona buscando mesa infructuosamente, para acabar comiendo, sin pena ni gloria, en una brasserie (en realidad con más pena que gloria). ¡Que no se les ocurra a los franceses quejarse de la crisis conmigo!

Con estas experiencias me pregunto qué podemos hacer los comensales para protegernos de una situación tan desagradable. La verdad es que considero que lo sucedido es la excepción y no la regla, y espero que no me vuelva a suceder jamás. Ojalá que mi lista negra de restaurantes se quede en estos dos nada mas. Toda mi vida he sido francófila, he defendido a capa y espada a los parisinos cuando alguien dice que son antipáticos y descorteses con los extranjeros, diciendo orgullosamente: ?Yo nunca he tenido una mala experiencia en París.? ¡Lástima que siempre haya una primera vez!


  0 COMENTARIOS




SÍGUENOS
          
SUBSCRÍBETE





AFUEGOLENTO EMPLEO

AUTOR DESTACADO

   

Albert Adrià

Redes sociales: https://www.instagram.com/enigma_albertadria/ https://www.instagram.com/albertadriaprojects/

3 recetas publicadas

Ver blog del autor














Desde 1996, el magazine gastronómico en internet.


© 1996 - 2024. 29 años. Todos los derechos reservados.
SUBSCRÍBETE

Recibe las novedades de A Fuego Lento


SÍGUENOS