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Tatiana Suarez Losada La cocina me apasiona desde pequeña y desde entonces no he dejado de aprender
Esta receta es una variación de la copa de fresas y yogur que Koldo elaboró en uno de sus programas televisivos. Se me ocurrió porque tenía unos cuantos melocotones "aburridos" en el frutero. Visto el resultado, me atrevo a vaticinar el éxito de cualquier receta con fruta macerada en ese divino vehículo que es el vinagre de Módena, que convierte todo lo que toca en delicia extrema. Dado que tiene un sabor muy concentrado, debe utilizarse con moderación (a veces incluso con cuenta gotas).
Por ejemplo, se podría hacer con bolas de melón, con nectarinas, con cerezas, con moras...o con un poco de todo. Desde estas lineas animo a todos los amantes de la cocina y de las emociones que ésta proporciona a experimentar con cuanto tengan a mano y a desarrollar su imaginación al máximo, ya que los duendes culinarios siempre se esconden en los rincones más insospechados y nos brindan insólitas sorpresas que no harán sino acrecentar nuestro amor por la cocina y nuestra propia satisfacción.
Ingredientes para dos personas 3 melocotones amarillos, 1 1/2 cucharada de vinagre de Módena ( yo recomiendo "FINI" o "DEL DUCA"), azúcar al gusto, 2 yogures naturales.
1) Pelar los melocotones, deshuesarlos y cortarlos en dados de 1 cm. de lado. Ponerlos en un cuenco amplio, espolvorearlos con el azúcar y rociarlos con el vinagre de Módena. Remover a fondo con una cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva y el vinagre esté bien distribuido. Tapar con una hoja de film transparente y meter al frigorífico durante dos horas como mínimo, removiendo de vez en cuando para mezclar los sabores.
2) Al cabo de este tiempo, los melocotones habrán soltado un jugo que, unido al vinagre y al azúcar, constituirá un auténtico "almibar".
3) Para servir, poner los dados de melocotón en cuencos individuales, que se habrán metido al frigorífico previamente, junto con el jugo de maceración. Seguidamente batir el yogur con azúcar al gusto y verterlo por encima.
Decorar, si se desea, con una hojita de menta y servir inmediatamente.
Sugerencia de presentación: Para colmo de refinamientos, este postre se puede servir en cuencos de hielo, entre cuyas paredes se habrán introducido hojas de enredadera, de hiedra, flores, etc. Y, como toque final, se puede culminar con una bola de sorbete de limón, aunque personalmente encuentro la mezcla de melocotones, vinagre y yogur más que suficiente para seducir el paladar.
El melocotón Esta fruta deliciosa, emblema del verano, cuyo origen se remonta a la noche de los tiempos, procede de Asia y nos fue traída por navegantes, mercaderes y aventureros de todo el mundo. Si se injerta con la ciruela, se obtiene un híbrido de piel lisa y más firme, la nectarina, otra delicia estival, que, además, ofrece la ventaja de que se puede degustar sin pelar.
La receta más celebrada hecha con esta fruta es el "Pêche Melba", a base de melocotones con helado de vainilla y puré de frambuesa, obra del insigne Auguste Escoffier. Inspirándose en la representación de la ópera "Lohengrin", en la que Dame Nelly Melba, famosa soprano australiana, interpretaba el papel de Elsa, Escoffier creó un nuevo postre para ella, que acudiría a cenar al "Savoy", donde éste oficiaba como jefe de cocina, al día siguiente.
Sirvió el postre sobre una fuente de plata dispuesta entre las alas de un cisne, recreando la famosa escena de la ópera; el cisne se hizo tallando un bloque de hielo y se cubrió con "sucre filé" (hilos de azúcar). El postre recibió el nombre de "Les Pêches au Cygne" (Melocotones al Cisne). La necesidad de esculpir el cisne en hielo, utilizando cinceles, escoplos y otros utensilios calientes, evitó que el postre se hiciera en exceso popular. Ocho años más tarde, el 1 de julio de 1899, y para celebrar la apertura del Hotel Carlton en Londres, Escoffier incorporó el puré de frambuesa a la receta y pidió a un camarero que lo presentara ante Melba. Le gustó tanto el postre que preguntó cómo se llamaba, y Escoffier le envió la siguiente nota: "¿Me permitiría llamarlo "Pêches Melba (Melocotones Melba)"? Así nació el auténtico "Pêche Melba".
Para mí la cocina es pasión. Es una forma para exponer mi personalidad y mis sentimientos. Y es el lugar donde pongo mi granito para ayudar a cambiar el mundo a un mundo más verde y más sostenible
mi cocina como una cocina de autor siempre basada en la cocina Mallorquina.Siempre buscando el producto de temporada. Mi libro de cabecera es Memòria de la cuina Mallorquina del escritor manacorí Antoni tugores.
Si algo caracteriza los panes de Jordà es el riesgo y la pasión que le mueve a crearlos, siempre para que clientes grandes o pequeños, disfruten de una aventura gastronómica.
Trabajar con pasión, día a día, utilizar las mejores técnicas, y trabajar con el mejor producto. Sin equipo, no somos nada. Aprender, todos y cada uno de los días , y sobre todo HUMILDAD. Cuanto mas es la grandeza del cocinero, mayor debe ser la humildad.
Me fascina la repostería, no hay tarta o postre en el que no ponga mi mejor empeño, pero lo que más me entusiasma, es ver cómo disfrutan los míos cuando lo prueban, eso sí que me llena de satisfacción!