El bombardeo de marketing al que nos tiene sometido nuestra sociedad hace que, en ocasiones, consideremos como sanos alimentos que no lo son. La manipulación llega hasta tal punto que incluso su denominación o, mejor dicho, la denominación que nos imponen, resulta ciertamente engañosa. Tal es el caso de los mal llamados cereales, que aquí hemos dado en llamar “cereales de caja”.
Cereales naturales
Los cereales naturales son semillas con un alto nivel nutricional, compuestos principalmente por carbohidratos, si bien no están exentos de otros componentes como proteínas vegetales, grasas naturales, vitaminas minerales y fibra. Dentro de esta clasificación podemos encontrar alimentos básicos en la alimentación mundial como el arroz, el trigo y el maíz, aunque existen numerosas variedades como el centeno, cebada, avena, quinoa o mijo. Cada una de ellas presentan diferencias nutritivas pero todas ellas son muy interesantes. Como siempre, lo más recomendable es la combinación de cada uno de ellos para lograr equilibrio y riqueza en los nutrientes.
Azúcares añadidos
A partir de estos cereales naturales se realizan procesos de refinamiento para obtener los “cereales de caja”, procesos que suelen centrarse en añadir grandes dosis de azúcares artificiales, acentuando el proceso de adicción a los alimentos artificialmente endulzados, tan tristemente presentes en nuestra dieta y tan lucrativos para las grandes compañías alimenticias (?!!). En algunos casos de marcas muy populares como Kellogs o Nestlé, dichos azúcares añadidos suponen hasta un 50% del peso del producto, una cantidad realmente alarmante, según pudo constatar el laboratorio Profeco en un estudio de 41 variedades distintas de cereales de caja.
Según la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, la cantidad de azucar añadido a un alimento considerada como alta es de 3,75 gr por cada 30 gramos. Teniendo en cuenta que un tazón promedio de cereales de caja es de 90 grs, esta cantidad considerada como alta sería de 11,25 grs. Pues bien, según el estudio realizado las principales marcas de cereales de caja se movían entre los 38 y 47 grs de azúcares añadidos por ración. Y todo esto sin tener en cuenta que un alto porcentaje de población prefiere añadir unas cucharadas de azucar a su tazón.
Niños
Los cereales de caja son un recurso muy utilizado por las madres occidentales para dar de desayunar a sus hijos. La sencillez de su preparado y la falsa apariencia inofensiva de estos “alimentos” hacen que se convierta en una de las preferencias en sociedades como la norteamericana. Lo cierto es que los altos niveles de obesidad y enfermedades de diversa índole, apuntan cada vez más a este tipo de hábitos, tan asimilados en nuestra sociedad. Para hacernos una idea, un niño de 3 a 5 años no debería ingerir más de 10grs. de azúcares al día. Teniendo en cuenta que una ración de este producto puede cuadriplicar dicha cantidad, parece obvio que este tipo de desayuno es altamente desaconsejado para los niños. Especial atención hay que tener con los que se comercializan para niños, pues su aporte de azúcares es mayor y su contenido en fibra menor.
En contraposición a este tipo de alimento procesado están los cereales naturales como puede ser la avena o el arroz hervidos con leche, cuyo aporte nutritivo es inmensamente más rico y que si hacemos un esfuerzo en preparar, nos daremos cuenta de que no suponen tanta molestia.