¿Todavía piensas que el huevo es un alimento anodino, cotidiano o incluso “simple”? Los foodies y nutricionistas niegan la mayor: no es sólo un súper alimento repleto de nutrientes, también es uno de los ingredientes más versátiles y que te dan más juego en la cocina.
A continuación, te ofrecemos todas las claves de este verdadero regalo de la naturaleza: sus diferentes tipos, propiedades nutricionales y técnicas de cocinado.
Distingamos, primero, entre los principales tipos de huevos según su cría, lo que influirá definitivamente en su sabor.
Huevos de jaula. En este tipo de producción las gallinas son criadas en jaulas, dentro, a su vez, de grandes naves avícolas. Según la norma, en cada m2 pueden criarse hasta 16,7 gallinas, por lo que el espacio que cuentan es mínimo. Jamás ven la luz del día.
Huevos de suelo. Es un sistema similar al anterior: las gallinas también permanecen toda su vida confinadas en naves, si bien libres de jaula. El espacio disponible, aunque es algo mayor, tampoco es una maravilla: 9 gallinas se reparten un 1 m2.
Huevos camperos. Las gallinas pastan a diario y para ello la ley les garantiza, como mínimo, un espacio de 4 m2 de parque exterior para cada una. Los nutrientes que picotean aquí y allá (hierbas, minerales, insectos…), especialmente cuando los pastos son de calidad, se incorporan a los huevos y, desde luego, al aroma, sabor y color del producto. Lo hemos comprobado probando los huevos camperos de Pazo de Vilane, un pazo agrícola del siglo XVIII en el corazón de Galicia, donde las gallinas corretean todos los días, estirando las alas y disfrutando del aire libre. Puedes visitarlos aquí.
Ecológico. Muy similar al sistema anterior, salvo que las aves sólo pueden tomar alimento procedente de la agricultura ecológica y no pueden tratarse con medicinas (incluso aunque tengan dolencias). Su precio es superior al de los camperos.
Puedes hacer uso y abuso de los huevos con tranquilidad, porque son un regalo para tu salud. Pocos alimentos concentran tanto en tan poco. No exageramos: un huevo contiene una gran mayoría de nutrientes de los nueve grandes grupos.
Así, cuenta con casi todas las vitaminas (A, todas las del grupo B, D, E, y K) y en cuanto a los minerales, aporta calcio, hierro, yodo, zinc, fósforo, magnesio y potasio. Respecto a las grasas, es rico en Omega 3 y grasas insaturadas.
Contiene antioxidantes (lumicromo, lumifalvina, triptófano, tirosina, zeaxantina y luteína), aminoácidos, como la taurina, y oligoelementos, como el selenio. Por si fuera poco, sus proteínas son de alta calidad y apenas tiene calorías.
Es complicado encontrar un ingrediente más versátil y apañadito en la cocina.
Se nos ocurren casi una veintena de usos o técnicas de cocinado del huevo, pero cada día aparecen nuevas combinaciones o procedimientos novedosos para sacarle más partido. Fritos, a la plancha, revueltos, en tortilla, souflés, en crepes dulces o salados, duros, cocidos o pasados por agua, en cazuela o al horno, en microondas, escalfado, crudos, en cocotte, en frittata, en quiches, en rollitos, en bizcochos, pudings…
¿Cuál es tu preferida?
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |