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La Tetería de Carmen Del Campillo, un Lugar Mágico


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A lo largo de la geografía española podemos encontrar lugares sorprendentes y mágicos. Hoy, quiero mencionar uno de los sitios con más magia y encanto que he tenido la suerte de conocer, la tetería Carmen del Campillo, popularmente conocida como tetería de Crevillente (Alicante), debido a su ubicación.

 

Sara López
 
No es un local cualquiera; una casa con enormes jardines de estilo morisco donde poder degustar una deliciosa merienda de productos marroquís. Un lugar original y auténtico gracias a su decoración y construcción de estilo árabe. Su interior se compone de diferentes salas y habitaciones; los arcos, el ladrillo y todo el atrezo de carácter artesanal, nos trasladan al mismo Marrakech.
 
Con una carta de más de 20 tés, deliciosas pastas moriscas y shishas la tetería de Carmen del Campillo nos ofrece la posibilidad de disfrutar de una tarde-noche inolvidable y el motivo, más que por sus productos que también tienen un merecido reconocimiento, es por el local que para ser exactos, no es un local en sí, sino una casa. A diferencia de la mayoría de restaurantes, cafeterías o bares, este local no trata de imitar una casa morisca… es en sí una auténtica casa morisca.
 
Lo cierto es que localizamos esta tetería en un lugar poco accesible, y raramente resultará de paso, es gracias a esto por lo que se trata de una casa de enormes dimensiones. Se encuentra ubicada a unos 15 kilómetros de Elche, entre la carretera secundaria de Albatera a Crevillente, casi en medio de la nada, lejos de cualquier núcleo urbano. En un primer momento el local era simplemente una casa privada, que ofrecía tés y pastas y el disfrute de la estancia a los visitantes que allí acudían. Tal era la belleza del lugar y tan impresionados quedaban los que por allí pisaban, que la fama de la casa fue in crescendo gracias al boca a boca, hasta hacer que el lugar se consolidase como lo que es hoy, La tetería de Carmen del Campillo.
 
Si los interiores de la constucción impresionan, no hay palabras para describir los jardines que conforman la casa. Los patios interiores están repletos de vegetación, alfombras, tapices  y fuentes que ambientan musicalmente el lugar. Cualquier detalle: las lámparas, las verjas de forja o las puertas está cuidado al milímetro. Si sumamos a esto la magia de una noche estrellada y la presencia de los pavos reales que pasean por los jardines, podremos sentirnos  como cualquiera de los personajes de Las mil y una noche.
 
Según la época del año en la que visitemos la tetería podremos disfrutar más de sus habitaciones o salones, de los jardines, o incluso de la jaima que se encuentra montada en uno de sus exteriores.
 
Un sitio perdido, como un oasis en medio del desierto, que ofrece el poder de viajar en el tiempo y el espacio. La inspiración y el misticismo brotan en cada uno de sus bellos rincones. 

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