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La Mejor Receta de Croquetas de Jamón Y Queso Caseras



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Redacción Afuegolento.com

No hay nada, pero nada, como las croquetas. Es uno de los bocados más humildes y a la vez más deliciosos de la cocina española. Pero, tal y como recuerdan en la nevera española, hay que hacerlas bien: de nada sirven unas croquetas con poco sabor, una bechamel poco esponjosa, con grumos o cruda o una fritura pasada o corta.

Aunque en apariencia es un plato sencillo, las croquetas, como todo en los fogones, tienen su secreto. Y más si se quiere salir de los sabores habituales como el pollo de cocido y el jamón y apostar por opciones más originales como las croquetas de jamón y queso.

Introducir elementos que reaccionan al calor con un cambio en su estructura, como el queso, supone tener que trabajar las croquetas con todavía más cuidado, experiencia y cariño. Por eso hoy vamos a darte algunos de los principales consejos para hacer las mejores croquetas de jamón y queso caseras que puedas imaginar.

 

Las mejores croquetas de jamón y queso caseras

 

Vamos a comenzar por lo básico, que es la elección de ingredientes. En cocina se debe tener en cuenta una cosa muy importante para lograr platos ricos, y esto vale tanto para esta receta de croquetas como para cualquier otra receta: ingredientes de calidad dan como resultado platos ricos y sabrosos.

Trasladando esto a las croquetas de jamón y queso, nuestro consejo es que se trabaje con la mejor materia prima posible. Es cierto que no hace falta que sea un jamón ibérico de mucho precio el kilo o de un exclusivo queso típico de las cenas de lujo, pero tampoco conviene comprar lo más barato.

La nevera española, una de las mejores tiendas online para adquirir tanto carnes como embutidos, disponen de una gran variedad tanto de jamones como de quesos para que cada cocinero haga su elección favorita respecto a sus gustos.

“Siendo de buena calidad y excelente sabor, no importa el tipo de queso de las croquetas: desde cabrales hasta quesos viejos de oveja, aunque siempre hay algunos tipos de queso más adecuados para la bechamel y la fritura y para combinarlos con el jamón”, cuentan desde este comercio online, que semanalmente asesora a personas que buscan hacer la mejor croqueta de jamón y queso casera.

 

Nuestra propuesta

 

Nuestra propuesta de ingredientes para esta receta es clara: unos buenos cortes de jamón curado Bodega Comabu y un queso curado La Mimbre. Calidad y garantías de sabor y resultado a precios más que ajustados, pero que permiten sacar el mejor partido a estas croquetas caseras de jamón y queso.

La combinación es perfecta porque ambos sabores se combinan muy bien: ninguno 'mata' al otro y la unión de ambos ingredientes genera una combinación perfecta en cada bocado.

Además, el queso funciona muy bien con el calor de la fritura: se funde y hace que la masa de la croqueta sea todavía más líquida y ligera que de normal, algo que eleva la calidad del resultado y genera una experiencia única en el comensal.

De manera adicional a estos ingredientes se necesitará harina, leche, pan rallado, sal, pimienta, huevo, mantequilla y nuez moscada. Con todos estos elementos prepararemos la receta tradicional. ¡Pero si todavía te quedas con ganas de experimentar, hay más! Te daremos algunos detalles extra para mejorar todavía más este delicioso manjar con ideas atrevidas y novedosas. ¡Manos a la obra!

 

Lista de ingredientes y cantidades para las croquetas caseras de jamón y queso

 

- 200 gr de jamón

- 130 gr de queso rallado

- 85 gr de harina

- 85 gr de mantequilla

- 1 litro de leche

- Pan rallado

- Huevo

- Sal

- Nuez moscada

- Pimienta

 

La receta de las mejores croquetas caseras de jamón y queso

 

Estas croquetas se preparan en muy sencillos pasos y sin grandes dificultades, aunque se recomienda tener un especial cuidado con la preparación de la bechamel para que esta sea fina, sin grumos y rica.

Se pone la mantequilla en una sartén caliente a fuego medio. Cuando esta esté completamente derretida y burbujeando espuma, se esparce bien la harina. Esto se remueve, con unas varillas, hasta que toda la harina y la mantequilla se integren.

Es importante que este proceso se haga a fuego medio para que no se queme y dé tiempo a que toda la harina quede integrada. Mientras quede partes de polvo de harina blanca en la sartén habrá que seguir removiendo y removiendo.

Una vez hecha la mezcla, toca ir añadiendo poco a poco el litro de leche. Para ello, conviene tener el líquido templado (se puede hacer en el microondas o en un cazo) y se irá añadiendo cazo a cazo.

Cuando se ponga un cazo de leche en la sartén, se removerá para que la mezcla vaya absorbiendo poco a poco el líquido y se vaya suavizando. Añadiendo poco a poco y moviendo continuamente con la varilla se evitan los grumos y se obtendrá una bechamel perfectamente lisa, sabrosa y delicada.

Una vez integrada toda la leche, toca comprobar el grado de espesor de la masa resultante. Si es muy espesa, todavía se puede añadir algo más de leche. Si por el contrario es demasiado líquida, basta con dejarla al fuego unos minutos sin parar de remover para que espese.

Una vez terminada, basta con ajustar de harina, pimienta y nuez moscada al gusto. Tendremos una bechamel perfecta para integrar con el jamón y el queso.

 

Añadir el jamón y el queso a las croquetas

 

La masa de croquetas ya está preparada, pero una buena bechamel no será nada sin unos buenos ingredientes. Por ello, es el momento de añadir el jamón y el queso. El primero cortado a tacos del tamaño deseado; el segundo, rallado como se indica en la receta.

Las cantidades ofrecidas son orientativas y siempre se puede añadir o quitar dependiendo del gusto del comensal. Nosotros optamos siempre por un equilibrio entre bechamel, que es la que da la textura al bocado, y los ingredientes, pero se puede modificar al gusto.

Hecho esto, toca verter la masa resultante en un tupper y cerrarlo bien. La masa caliente no se puede trabajar, por lo que conviene esperar unas horas hasta que enfríe. Si se quiere hacer todavía mejor, hay quien opta por guardarla durante un día en la nevera.

 

Dar forma a las croquetas

 

Con la masa lista y fría, toca dar forma a las croquetas para convertirlas ya, por fin, en el plato que todo el mundo reconoce.

Para ello, prepararemos un plato con huevo batido, uno con harina y uno con pan rallado.

Haremos la primera bola de croqueta, que debe ser del tamaño de la cantidad que cabe en un puño. Una vez conseguida la forma deseada, se pasa por harina, luego por huevo y, por último, por pan rallado. ¡Ya tendríamos la primera croqueta lista para freír!

Toca repetir este proceso con el resto de masa hasta acabar con toda. Es importante intentar que todas las croquetas queden de un tamaño similar, para que así luego tanto a la hora de la fritura como en el momento de la presentación sean lo más equilibradas posibles.

En este punto, ya se pueden freír las croquetas, pero nuestro consejo es que se dejen enfriar, si es posible, por un par de horas más en el frigorífico. De este modo, la masa volverá a tomar consistencia y a tener la densidad suficiente para soportar perfectamente la fritura.

 

La fritura de las croquetas de jamón y queso

 

Las croquetas de jamón y queso, como cualquier otro tipo de croqueta, deben freírse en aceite de oliva virgen extra de la mejor calidad, a gran temperatura y poco a poco.

Si se van a cocinar justo tras darles forma, habrá que esperar a que el aceite alcance una temperatura de unos 180 grados. Llegado a este punto, se introducirán en un aceite que las cubra lo suficiente y en poca cantidad.

Si se meten muchas croquetas de golpe, se reduce la temperatura del aceite, por lo que la fritura será menos homogénea y las croquetas incluso pueden llegar a romperse en el proceso de cocinado.

En el caso de haber enfriado de nuevo las croquetas, estas se cocinarán tras sacarlas a la encimera por un tiempo mínimo de unos 20 minutos. El objetivo que se persigue con esto es el mismo que al no poner varias a la vez en la sartén o la freidora: no bajar demasiado la temperatura del aceite para que este pueda trabajar en condiciones.

Cuando las croquetas de jamón y queso tomen el color dorado al gusto del comensal, se sacan y se ponen sobre una rejilla. Esta opción es mejor que la del papel absorbente, porque este último se acaba mojando y no solo no absorbe el aceite de las croquetas, sino que las engrasa todavía más, perjudicando el bocado, el sabor y la digestión.

Si no se tiene rejilla de cocina, se puede usar papel absorbente, pero entonces habrá que estar muy atentos para darle la vuelta a las croquetas tras unos segundos sobre este y, además, no dejar que unas se pongan en el sitio que otras han dejado ya con restos de aceite.

Con todo ello ya se puede gozar de la mejor receta de croquetas de jamón y queso. Son fáciles de preparar, rápidas de freír y deliciosas de comer. ¿Se puede pedir algo más?

 

Sí, se puede pedir algo más

 

Una vez que se tiene superada la receta de croquetas de jamón y queso, mucha gente busca fórmulas para variar y mejorar el sabor, la textura y el crujiente de este plato. Nosotros ya estamos en esa etapa y tenemos algunas ideas que vamos a compartir con los lectores ahora mismo.

Se pueden probar todas ellas de manera conjunta o por separado, no importa: lo principal es disfrutar de un plato tan maravilloso, rico y reconocido como las croquetas, el plato español por excelencia.

 

Un punto más de crujiente

 

Se puede buscar un punto más de crujiente en la croqueta cambiando el pan rallado por otras opciones: panko, cereales o avena. Todo esto hace que el bocado sea muy distinto a las croquetas tradicionales, pero sin dejar de ser este reconocido plato.

 

Más sabor

 

La bechamel ya por sí es una mezcla sabrosa y rica, ¿pero por qué no darle un toque más de sabor? Se puede lograr infusionando previamente la leche con un hueso de jamón y trozos de tocino. Todo esto hará que la bechamel sepa mucho más y, por tanto, el resultado de las croquetas en boca resulte mucho más atractivo.

 

Congelar croquetas para tenerlas siempre disponibles

 

Hacer croquetas es sencillo, pero también algo pesado y tedioso. Por eso, no sale rentable hacer poca masa y preparar solo media docena de ellas. El consejo de la mayoría de los profesionales del sector gastronómico es hacer buenas cantidades y congelarlas correctamente para poder usarlas sin problemas siempre que se quiera.

¿Cómo congelar croquetas de jamón y queso correctamente? Se hará siempre en tuppers que se puedan cerrar y aislar a las croquetas del hielo. De este modo, mantendrán su textura y saldrán crujientes de la sartén.

Cuando se decida que es el momento de cocinarlas, se recomienda sacarlas del congelador al frigorífico un día antes o, al menos, durante un par de horas sobre la encimera.

Una vez que hayan cogido la temperatura más baja posible, se cocinan del mismo modo que las que están frescas y sin congelar. El resultado debería ser exactamente el mismo.

Con todos estos consejos, ideas y receta, ya se tienen todas las herramientas necesarias para hacer unas exquisitas croquetas de jamón y queso. Solo hace falta probar para comprobar cómo en el primer intento ya se logran resultados más que interesantes.

Y, además, con el paso del tiempo y las pruebas, los cocineros podrán comprobar cómo mejoran su receta y poco a poco van apreciando detalles para lograr el punto exacto de dureza de su bechamel, la cantidad de jamón y queso adecuadas para su gusto y el de sus comensales, etc. ¿Cuándo vas a empezar a hacer las mejores croquetas de tu vida?


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AUTOR DESTACADO

   

Pedro Manuel Collado Cruz

La cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente

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