Eva Martín
Un restaurante ubicado en la provincia de Heilongjiang, al norte de China, acaba de abrir sus puertas y, con ellas, las de el primer restaurante en el que la mayoría del personal no es humano. En efecto, un total de 20 robots con diferentes programaciones se dedicarán a realizar las diferentes labores del personal habitual de un restaurante.
Cuando los clientes llegan a la puerta de Harbin Haohai, son recibidos por uno de los robots responsables de tomar la nota, que les lleva a su mesa, les entrega una carta variada con más de 30 platos y toma nota de su pedido. Más tarde, ese pedido llega a manos de uno de los robots de cocina, los cuales están preparados para agregar las cantidades adecuadas de sal y aceite a los platos, además de poder controlar la temperatura del aceite al freír.
En el caso de cortar las verduras y carnes, hay un solo empleado que les ayuda colocando los ingredientes cerca de ellos, en un recipiente. Luego, el robot los cogerá y los cocinará según la programación para el plato correspondiente.
Los robots, que poseen una inteligencia similar a la de un niño de tres años, miden entre 1,30 y 1,60 metros y su valor ronda los 3000 dólares el ejemplar. Además, estos curiosos empleados cuentan con más de diez tipos de expresiones faciales, pueden funcionar sin pausa durante cinco horas continuas y son controlados por un personal especializado desde una sala que se encuentra fuera del local.
A pesar de la gran inversión que estos robots suponen para el local, el precio medio de las cenas de Harbin Haohai no supera los 10 dólares, por lo que se hace imposible la recuperación de la inversión a medio plazo, pero los dueños aseguran que su objetivo era el de hacer publicidad a la compañía creadora de los robots, para dar ejemplo a restaurantes futuros.
Según el director ejecutivo del restaurante, “Los robots serán muy comunes en varias facetas de nuestras vidas en las próximas décadas. En cada casa habrá un robot para cocer los alimentos, ayudar a las personas mayores, hacer limpieza general de nuestras habitaciones o cumplir la función de guardaespaldas”.