Como si de una denominación de origen se tratara, el parlamento francés quiere distinguir con este nombre a los restaurantes que realmente elaboren comida casera, e incluso sancionar penalmente a aquellos que utilicen el sello fraudulentamente.
En el país donde la gastronomía se escribe con mayúsculas, se han propuesto acabar con la comida congelada o prefabricada o por lo menos con el desconocimiento de si lo es o no.
Por ello los establecimientos que realmente elaboren los platos en sus cocinas, serán distinguidos con este sello.
Así se garantiza que un magret de pato o un boeuf bourgignon, están realizados a partir de materias primas en bruto y además que los clientes sepan en realidad lo que comen.
Sylvia Pinel, ministra de comercio y turismo anunció durante la votación de esta ley el lunes pasado, una enmienda por la cual se pondrá en marcha un dispositivo para valorar los platos realmente caseros, para lo cual habrá organismos de control del Estado que actuarán en este caso, lo que es bastante fácil, según palabras de la ministra.
En un principio pensaron dejar esta apelación como una opción del restaurante, pero finalmente se aprobó como obligatoria. Todo restaurante en su carta deben advertir si su comida es casera o no.
Los detalles de esta nueva disposición saldrán en un próximo decreto. Los diputados también aprobaron la simplificación del acceso al título de maestro-restaurador, el cual certifica que el 80 % de los productos servidos son frescos.
La idea partió de Daniel Frasquelle, diputado conservador y alcalde de Touquet, localidad del norte de Francia; cuando comió en un restaurante donde se cocinaba en vivo, para que la gente apreciara que de verdad se elaboraba allí la comida. Pensó que eso debería cambiar y distinguir a los restauradores que realmente lo hacían. En sus palabras, había que quitar misterio al plato.
Esta iniciativa responde también a una larga lucha del sindicato de restauradores, Synhorcat, que pretende que solo se denominen “restaurante”, aquellos locales que elaboren su comida a partir de productos frescos.
Hoy en día cualquier establecimiento puede denominarse restaurante, no hay reglamentación al respecto y son muchas las voces que quieren acabar con esto. Desde luego el consumidor saldrá ganando.
Según una encuesta el 31 % de los restaurantes utiliza productos industriales, lo que no es un fraude, pero los consumidores queremos saber lo que comemos y por lo que pagamos.
Esto sucede como con el tema de la carne de caballo, no es perjudicial ni tiene porqué ser mala, pero no se puede vender como si fuera vaca, esto es un engaño, un fraude.
Recuperar la comida casera reportaría beneficios para la salud, ahora que tanta importancia tiene el tema de la obesidad, por el aumento espectacular de la misma, hay que tener en cuenta que no es lo mismo utilizar productos frescos que previamente procesados de algún modo.
Todos los productos industriales tienen como objetivo principal la conservación, que duren más tiempo, esto trae consigo el uso de conservantes, colorantes y otras sustancias nada beneficiosas.
Entre los conservantes principales tenemos la sal y el azúcar. La sal excesiva en enlatados y productos precocinados ha influido de modo claro en el alto porcentaje de hipertensos que hay actualmente. El azúcar por otro lado tiene una clara incidencia en los casos de obesidad.
Es importante por todo esto, que por lo menos sepamos qué comemos y entonces la decisión de comer mal será solo nuestra.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |