Ubicado en la calle san Vicente Ferrer, este café de aspecto típico modernista no es lo que parece. Fue fundado en 1970 y antes de ser lo que es, era una antigua carpintería en la que los diferentes artesanos que trabajaban en ella le tornaron el aspecto que actualmente sigue teniendo tras 34 años de su apertura.
Se dice que este nombre, históricamente es debido a la famosa mujer víctima del levantamiento del 2 de mayo, Manuela Malasaña que en 1808 estando ella trabajando en su taller, salió con sus tijeras a matar a los soldados franceses que en aquel entonces pretendían tomar la plaza. Desde entonces, se la considera un icono heroico de la guerra de la independencia española y es el espíritu que este local ha decidido plasmar con este nombre.
En sus años de oro, era toda una sede de gentes intelectuales del mundo de las artes y las letras. Hablamos de personalidades como Carmen Martín Gaite, Agustín García Calvo, Chicho Sánchez Ferlosio, Javier Sádaba...También se realizaban espectáculos tales como conciertos de copla, tertulias, recitales de poesía, exposiciones de cuadros, intercambios de idiomas...Toda una serie de polifacéticas actividades que han hecho de este lugar, algo histórico.
Actualmente es un lugar que resulta atractivo para todo tipo de público, ya sea por su historia o para los más jóvenes por el diferente surtido de juegos de mesa que ofrece. Desde el clásico trivial o scrabble hasta juegos más actuales como password. A su vez, destaca por la concisa carta que ofrece desde cocteles con alcohol o sin alcohol o zumos y batidos naturales hasta una amplia gama de cafés propios tan solo de este lugar. Encontramos cafés fríos y calientes, con alcohol o sin alcohol para todos los gustos.
En cuanto a la oferta gastronómica de este lugar, nos encontramos las tan clásicas tostas madrileñas pero con productos de primera calidad y aportándoles un toque personalizado y elegante. Sándwiches de pollo, de salmón ahumado o para los que cuidan más su línea vegetales.