“Ejecutaré contra ellos grandes venganzas con terribles represiones; y sabrán que yo soy el Señor cuando haga venir mi venganza sobre ellos”.
Ahora, la jet hollywoodense y el top del famoseo mediático ha recuperado otra cita del augur hebreo que ejerció su ministerio durante el cautiverio del pueblo judío en Babilonia: “Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él”.
Con tal fórmula o similar, granos germinados de los citados cereales, la compañía Food For Life, elabora distintos productos que hacen furor entre influencers gastromonguers de máximo pedigrí. Entre las manufacturas de la firma hay copos de desayuno, barritas energéticas y cerveza, pero lo que mola-mola de verdad es el pan integral Kernza, al que se le supone un aporte de nutrientes muy superior a cualquier otra fórmula a base de cereal convencional.
Otro superalimento de los que desde hace años saltan al mercado con puntual regularidad, pero esta vez en forma de pan, lo que no es habitual en tiempos de triunfo en séptimo sello y siete trompetas de la secta universal anti gluten.
Como suele suceder con estos milagros nutricionales, va la ciencia y le pone peros o los descalifica de un papirotazo. En este caso ya hace poco más de dos años que se encargó del asunto la Universidad estadounidense de Harvard por boca y pluma de Heidi Godman, Editora Ejecutiva de la revista Harvard Health Letter, en un artículo científico titulado Are sprouted grains more nutritious than regular whole grains?, publicado el 6 de noviembre de 2017. La pregunta era simple retórica, porque desde el abstract se anunciaba el claro que no, para a continuación explicar que todos los experimentos realizados indican que los nutrientes de los granos integrales sin germinar y de los germinados son prácticamente los mismos y aunque la fórmula de Kernza tenga el aval de la Holy Bible, no aporta cosa alguna respecto al pan nuestro de cada día.
Otro cantar podría ser la idea de preparar bocatas con rebanadas del pan inspirado en Ezequiel y relleno de embutidos Ezequiel, con fábrica en Villamanín, León. Producen chorizo, lomo, jamón, cecina y salchichón. Hay donde elegir.
Que se ignore capacidad profética alguna sobre Ezequiel García, el fundador de la marca, es asunto de mínima importancia y en todo caso no estaría de más reflexionar sobre otra cita del mítico vocero de Yahvéh: “… os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”. Corazón, quizá relleno, de carne, dice, porque lo dice.