Olvídate de masas sin gluten quebradizas y secas: te sorprenderá esta versión vegana de masa quebrada por su maravillosa textura, ligeramente hojaldrada, muy sabrosa, con poca proporción de grasa y, con dos extras más: puedes congelarla y, una vez horneada, aguanta perfectamente hasta el día siguiente
- COMENSALES 4
- SE PREPARA EN 45 minutos
- DIFICULTAD Fácil
- PRECIO Bajo
.
para 300 g de masa cruda (suficiente para 4 tartaletas de unos 10-12 cm de diámetro, o para 4 empanaditas pequeñas)
75 g harina de trigo sarraceno
85 g harina de arroz blanco
10 g azúcar de coco o 5 g azúcar blanco
1 g sal
30 g mantequilla vegana de almendras (ver notas)
15 g aceite de oliva virgen extra
1 yema de huevo
30 + 15 g agua helada
.
.
Cortamos en daditos la mantequilla vegana y los ponemos en el congelador
Cuando los daditos de mantequilla estén congelados, en un bol mezclamo la harina de trigo sarraceno, la harina de arroz, la sal, y el azúcar
Añadimos los daditos de mantequilla congelados y, con los dedos, vamos frotando los daditos contra la harina, de modo que se irán formando bolitas muy pequeñas de mantequilla "rebozadas" en harina
Cuando la harina presente grumos arenosos de mantequilla, añadimos el aceite, y hacemos lo mismo: frotamos con los dedos la grasa y la harina para ir formando más grumos arenosos
En un cuenquito aparte, mezclamos la yema de huevo con 30 g de agua helada y añadimos esta mezcla a la harina
Es el momento de mezclar los ingredientes mientras vamos apretando con las manos (apretamos, no amasamos, ver notas) para conseguir que se vaya formando una bola de masa
Si vemos que, al querer formar la bola, la masa se rompe en trozos de consistencia arenosa, podemos ir añadiendo, de cucharadita en cucharadita, hasta 15 g más de agua helada (cada vez que añadamos una cucharadita, comprobaremos si la textura es la adecuada)
En cuanto notemos que se forma una bola muy ligeramente pegajosa (no debe quedársenos la masa entre las manos, sólo una leve humedad), pero a la que podemos dar forma sin que se agriete, le damos forma de cilindro y lo envolveremos en papel film
En ese momento, podemos hacer tres cosas:
- Si tenemos mucha prisa, podemos poner la masa envuelta en el congelador durante unos 10-15 minutos o hasta que notemos que está realmente fría, y así podremos hornearla
- Podemos dejarla en la nevera, un mínimo de 30 minutos (o hasta el día siguiente) para luego hornearla
- Podemos congelarla y descongelarla posteriormente, unas 6-8 horas antes del día en que la vayamos a utilizar (la dejaremos descongelando en la nevera)
para hornear la masa
Calentamos el horno a 180º C
Colocamos un papel de horno engrasado en la mesa de trabajo
Sacamos la masa de la nevera o del congelador (si la habíamos dejado allí 10-15 minutos), y ponemos el cilindro de masa sobre el papel de horno
Dividimos el cilindro de masa en 4 partes iguales (cada parte pesará unos 75 g), y formamos una bolita con cada una de estas partes
Si vamos a utilizar la masa como base para tartaletas, podemos poner la bolita de masa en el centro del papel de horno y la cubrimos con otro papel de horno engrasado
Encima del papel, colocamos un plato y presionamos para aplanar la bola, extendiéndola uniformemente
Cubrimos la tartaleta con este círculo de masa y la horneamos a 180º C durante unos 15-25 minutos (dependiendo del horno), o hasta que la masa empiece a estar dorada