El pasado lunes 28 de Abril, en pleno servicio de comidas, un apagón eléctrico paralizó buena parte del centro de Madrid. Sin embargo, lo que podría haber supuesto una jornada desastrosa se transformó en una demostración de hospitalidad, compromiso y creatividad gracias a la acción del Grupo Rosi La Loca World.
Lejos de optar por cerrar sus puertas, los equipos de Rosi La Loca, Bestial by Rosi La Loca e Inclán Brutal Bar se organizaron en tiempo récord para seguir atendiendo a los comensales. Y lo hicieron con una propuesta tan original como generosa.
A las 13:00 horas, con los comedores llenos y turistas sorprendidos, la electricidad desapareció de golpe. Mientras muchos establecimientos interrumpieron su servicio, el grupo decidió adaptarse a la situación. En un gesto de solidaridad, todo lo recaudado durante el apagón se destinó íntegramente al bote de propinas del personal.
“Era una forma de agradecer su entrega, su alegría y el compromiso con el que se volcaron desde el primer minuto”, explicó Minerva Tapial, CEO del grupo. “Sabemos que este oficio tiene una gran responsabilidad social. Si podíamos ofrecer un momento de alegría, aunque fuese sin luz, debíamos hacerlo”, añadió.
Gracias a la presencia de los directivos en los propios locales, la decisión de actuar se tomó al instante. El equipo salió a la calle, sacó las mesas a zonas con luz natural y diseñó una carta exprés con platos fríos icónicos del grupo. Los comensales, tanto aquellos que tenían reserva como los que buscaban refugio entre el caos, recibieron un trato cálido, profesional y cercano.
Para completar la experiencia, cada visitante fue obsequiado con un cóctel de bienvenida, un detalle que destacó aún más la vocación del grupo por cuidar al cliente, incluso en circunstancias adversas.
“Había muchos clientes internacionales desorientados, sin saber dónde ir. Nuestra misión fue ofrecer algo más que comida: refugio, alegría y nuestro sello de hospitalidad, incluso sin electricidad”, afirmó Tapial.
Durante toda la jornada, que se extendió hasta la 1:30 de la madrugada, los locales sirvieron una selección de platos emblemáticos adaptados a la situación. Entre las propuestas destacaron la burrata italiana con emulsión de albahaca, las zamburiñas gratinadas con mayonesa de kimuchi y lima rallada, el tataki de atún con alga wakame y alioli cítrico, además de jamón ibérico con regañás, ensaladas frescas y postres listos para servir.
Cada plato fue cuidadosamente presentado y servido con profesionalidad, demostrando que la alta cocina también puede florecer en la adversidad.
El Grupo Rosi La Loca World no solo se ha convertido en un referente por su cocina, sino también por su filosofía. Con una propuesta que busca democratizar experiencias y hacer de cada comida una celebración, sus espacios destacan por su energía, su creatividad visual y su pasión por el detalle.
“Cuando la vida te lanza un imprevisto, hay que afrontarlo con empatía y responsabilidad. Ayer, la energía no salió de los enchufes, sino de nuestros equipos”, concluyó Tapial.
Lo sucedido este 28 de abril fue una prueba más de que el alma de un restaurante no está en la infraestructura, sino en las personas que lo sostienen. El grupo demostró que, incluso sin electricidad, puede ofrecer una experiencia completa, genuina y memorable.
Con su actuación, Rosi La Loca World reafirma su posición como uno de los grandes protagonistas de la escena gastronómica madrileña. Y lo hace con algo que no se puede medir en kilovatios: corazón, visión y entrega absoluta al arte de la hospitalidad.