Era la víspera de San Isidro y llegué bien pertrechado a Las Ventas. Por la mañana me había acercado a El Riojano a surtirme de sus famosas rosquillas.
Compartí localidad con Mariola Calderón, excelente relaciones públicas del hotel Ritz, tan elegante como siempre. Hablamos del almuerzo que reunía cada año a un grupo reducido de periodistas para la presentación del que sería el Menú de Navidad.
En cada ocasión el director del hotel, el gibraltareño John M. Macedo, quería poner a prueba mis conocimientos sobre vinos. Con preguntas tan sibilinas, ante los colegas expectantes, como el tiempo que hacía que se había descorchado la botella que nos servían. Osadamente respondía, y acertaba, lo que me confirió un aura, posiblemente exagerado. Pero “créate fama y échate a dormir”.
La expectación en la plaza era extraordinaria por la presencia de Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, que llegaba encabezando el escalafón. Los tendidos en la reventa habían llegado a las 15.000 y 20.000 pesetas.
Antes de comenzar la feria había hecho unas declaraciones en base a los rumores que se habían propagado sobre su posible veto a Roberto Domínguez y Joselito: “No he vetado a Roberto ni a Joselito porque no me asustan”. Y sobre su aparición en solo dos tardes decía: “En Madrid hay que dar la cara, y la doy. Es una feria con tanta tensión sería muy duro torear cuatro o cinco tardes. Además, desde que debuté en Madrid siempre he ido dos tardes cada feria, y ya es como una manía personal”
El 19 de junio, en una amplia entrevista en D16, sobre este aspecto decía el torero vallisoletano: “De Espartaco yo solo puedo hablar de un reconocimiento positivo: como persona, que le conozco poco. De la rivalidad, ni por mi parte ni por la suya se ha buscado nada, y el orgullo mío –quizás a él le da igual- es que el público quiere esa rivalidad”
La corrida, quinta de abono, cumplió las expectativas. Barquerito tituló su crónica Espartaco, “gallo grande” en corral ajeno. Por mi parte titulé la mía en la sección El Patio: “Unanimidad: Espartaco cumbre”
En la misma, entre otras cosas decía: En un burladero sobresalían tres clavelones rojos prendidos de sendas chaquetas: Lucio con Los del Río, que salían hablando maravillas de su paisano. Rodríguez Colorado, director general de la policía, encantado, “Estoy muy contento con mi debut en la feria. Me ha gustado mucho Espartaco, especialmente en su primero. Lalo Azcona salía con una sonrisa beatifica, “Me ha gustado Espartaco, le he visto muy trabajador y eso es muy importante en una figura del toreo”
Más adelante continuaba. Y llegó Mario Conde, se situó en contrabarrera del 1, acompañado de su mujer Lourdes Araujo, con gafas de sol y prismáticos a pesar de estar tan cerca del ruedo. Próximo Juan Abelló con clavel en el ojal le acompañaba su mujer Ana Guzmán Hohenlohe. En barrera del 8 Ana García Obregón, de naranja oscuro”
Y continuaba contando la presencia de Emiliano Revilla, Oscar Alzaga, Joaquín Peiró, Joaquín Sabina. Iñaki Gabilondo, Antoñete o Gregorio Sánchez
Ocho años antes Espartaco había confirmado su alternativa en el coso venteño con Paquirri de Padrino y Julio Robles de testigo. Un año después, 7 de junio de 1991 se casó, a las 12 de la noche, con Patricia, la hija de mi amigo Ramón Rato. ¿Bridarían con cava Jaume Serra, de la bodega de su padre?
35 años después de esta feria de 1990, sería el asesor de la Corrida de la Prensa.
Pocos días después, 8 de junio, tenía lugar la Corrida de Beneficencia. Con la eclosión de un auténtico fenómeno de masas. No tengo espacio para escribir sobre ese volcán de emociones que supuso la faena de Morante de La Puebla.
Creo que merece la pena que le dedique un capítulo de estos Relatos. Porque ya no es sólo su éxito fulgurante. Es todo lo que rodea a esa auténtica figura del toreo, tanto en lo artístico como en lo personal. Que se puede poner de ejemplo de superación. Solo un detalle. Desde hace más de veinte años sufre un trastorno disociativo, agravado recientemente con un complejo cuadro depresivo.
Hay momentos en la vida de los pueblos… CON MORANTE DE LA PUEBLA LLEGÓ LA TAUROMAGIA.
Subir hasta la cima donde ya no se plagia
Es mística de sufí, ciencia trisagia
Rara buena ventura de la azar tauromagia
Pocos los elegidos que descorran el velo
Y ondeándole alumbren andanadas de cielo
Tauromagía de Gerardo Diego
NO OS PERDÁIS EL SIGUIENTE RELATO. SAN ISIDRO 1990 (3). DOS TAURINOS: PACO Y CHENCHO