Visitamos la tienda de Bravo Murillo para probar su oferta entre horas. Desayunos , brunch, aperitivos o meriendas.
Lo primero que notamos es un ambiente familiar y cercano, propio de un comercio de barrio que visitas frecuentemente (vamos , como una panadería).
Después observamos su carta con detenimiento y comprobamos que se dividía en tostas, en sandwichs, focaccias, bebidas saludables, cafés y otras cosas para picar, además de un mostrador con los productos del día.
En la mayoría de lugares de comidas, bares y restaurantes, el protagonismo principal es el de las recetas o productos y el pan no es lo importante, en La Magdalena de Proust el Pan tiene cuando menos la misma importancia que lo que le acompaña, pero como son tan exigentes en su pan, el resto de ingredientes se equiparan, ofreciendo un resultado excelente, que además brilla por la elaboración,hecho en el momento, a las temperaturas adecuadas, evitando perdidas de cualidades al servirse recién elaborados.
No todos los contenidos de un plato tienen que acompañarse con el mismo pan y ahi puedes comprobar como se comportan los distintos panes según sus ingredientes.
Con el objetivo claro y manifiesto de La Magdalena de Proust de ofrecer productos de cercanía, ecológicos, naturales y frescos parece suficiente atractivo para ir a conocerlos, pero voy a añadir uno más. El personal que como buenos profesionales, realizan su trabajo con eficiencia y tambien con cariño, yo me sentí como en casa de alguien que quiere por encima de todo que sea feliz.
Veniamos con la intención de probar su carta para tomar en el local (Que ademas se puede llevar), sus bebidas naturales y/o smoothies y sus helados especialmente diseñados para su público. El resultado estupendo, magnifico diría yo.
Pero........, porque siempre hay un pero: Es inevitable no pasar por el mostrador y comprar algo para llevar, una comida oliendo a buen pan, tiene sus consecuencias.
TIENDA-RESTO-BAR en CHAMBERÍ
La co-fundadora Laura Martínez, como directora de arte de profesión, fue la encargada de darle forma al “escenario”.
De inspiración rústica, las sillas de enea, las mesas realizadas con tableros de piedras naturales de canteras cercanas, las lámparas diseñadas por Laura y realizadas por un ceramista local...Cada detalle está cuidado al máximo. Su amplia terraza minimalista y soleada la mayor parte del día, ofrece un lugar al aire libre para degustar sus cuidadas elaboraciones.
Además de la venta de sus panes, bollería y repostería para llevar, en su menú, se encuentran diversas opciones para tomar desayuno o brunch, picar, comer o merendar.
Todas las bebidas son bajas en azúcar, bio y elaboradas con ingredientes naturales.