Nunca me cansé de repetirlo: sin su labor, constante y silenciosa, habría sido imposible disfrutar de lo que hoy consideramos un patrimonio cultural, una riqueza compartida. La gastronomía andaluza —y por extensión la española— no sería el referente internacional que es sin el esfuerzo diario de estos guardianes de la tierra y la mar. Y, sin embargo, su trabajo continuo sin recibir el reconocimiento social que merece.
Afortunadamente, hubo quienes decidieron poner en valor esta labor con compromiso, sensibilidad y convicción. La Fundación Savia, presidida por Paco Casero, se erigió como una de las voces más firmes y generosas en la defensa del mundo rural. Su actividad fue mucho más allá del activismo: fue un acto de amor por quienes producen lo esencial.
Una de esas acciones ejemplares tuvo lugar el pasado 24 de mayo en Zamoranos, pedanía perteneciente al municipio cordobés de Priego de Córdoba. Allí se reunieron personas comprometidas, conscientes de la urgencia de proteger y celebrar el mundo rural. No fue la primera vez. Cada año, esta cita se convirtió en un espacio de reflexión, encuentro y justicia hacia quienes sostienen la economía agrícola y pesquera con su sudor y su empeño.
Lo mismo ha sucedió en la entrañable pedanía de Los Rosales, en el municipio jiennense de Frailes, lindando con la cortijada de El Espinar, limítrofe con Valdepeñas de Jaén. Aunque ambas localidades pertenecen a distintos municipios —Los Rosales a Frailes y El Espinar a Valdepeñas de Jaén—, su unión simbólica se hizo palpable durante la celebración de la Jornada del Mundo Rural, impulsada por la Cofradía Gastronómica de la Sierra Sur de Jaén "El Dornillo", con el respaldo esencial de la Fundación Savia, la implicación activa de ambos ayuntamientos y la colaboración de la Asociación de Mayores “El Paraíso”
El encuentro se desarrolló el domingo 1 de junio en la Asociación de Mayores “El Paraíso” y dio comienzo a las once de la mañana. A lo largo de la jornada, se llevaron a cabo distintas actividades, entre ellas la presentación de comunicaciones bajo el título “Propuesta para la fijación de la población en el mundo rural”. También se presentó el libro Transparencias, compartiendo su autor, Exequiel Martínez, algunas de sus impresiones con los asistentes.
Como colofón al acto, se entregó el Premio “Defensor del Mundo Rural” y los Premios “Mundo Rural 2025” rindiéndoles así un homenaje a hombres y mujeres que representan con dignidad y entrega el alma del mundo rural. Fueron reconocidas figuras del ámbito agrícola y ganadero, incluyendo desde empresarios hasta representantes de organizaciones comprometidas con este sector fundamental. Los galardonados fueron:
Premio “Defensor del Mundo Rural”:
Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de España (UPA)Premios “Mundo Rural”
Filomena Castillo, agricultora y apicultora de la aldea de Charilla, en Alcalá la Real Mari Valle Iranzo, ganadera de Extremadura Rocío Lara, empresaria de La Matea Lourdes Perona, ganadera de Valdepeñas de Jaén José Ruiz, maestro y escultor del Tejar de Azuel Ángel Carmelo Simón, agricultor de Castilla-La ManchaTras la entrega de estos galardones, fue clausurado el evento por Lourdes Martínez, diputada de Fondos Europeos Geolit, seguidos de un almuerzo de convivencia en el que se compartieron platos típicos y tradicionales ofrecidos por la Cofradía Gastronómica de la Sierra Sur de Jaén “El Dornillo”, como fue, entre otras exquisiteces, un excepcional arroz cocinado por Cándida Estepa, ese delicioso choto al ajillo que hizo Lucas Ortiz o esa inconmensurable Pipirrana, como resultado del exitoso “Taller de Pipirrana”, de la noche anterior, el sábado 31 de mayo, muy bien acogido por todos los asistentes. Fue una de las muchas actividades complementarias que dieron calor y vida al encuentro.
Este evento, titulado con justicia “Jornada del Mundo Rural”, puso rostro y voz a quienes suelen quedar invisibles. Lo hizo con afecto, con alegría, con respeto. Porque no se trató solo de agradecer: se trató de reparar una deuda moral que como sociedad mantenemos con ellos.
Cabe señalar, no sin una pizca de reivindicación, que sería deseable extender este reconocimiento también a los hombres y mujeres del mar. Sus esfuerzos son igualmente fundamentales y su inclusión haría aún más justa y completa esta jornada. Aunque, como bien sé, tanto la Fundación Savia como la Cofradía de "El Dornillo" los tienen presentes, en mente y corazón.
Lo que hacen estas entidades no es solo organizar eventos. Es sembrar conciencia. Es proteger lo nuestro. Es tender puentes entre la ciudad y el campo, entre el mar y la mesa, entre el productor y el comensal.
Por todo ello, me sentí —y me sigo sintiendo— orgulloso de contarme entre los amigos de la Fundación Savia y de la Cofradía Gastronómica de la Sierra Sur de Jaén "El Dornillo". Porque su labor, tan constante como silenciosa, no solo defendió productos: defendió a las personas que los hacen posibles.
Bravo por el mundo rural. Bravo por quienes lo cuidan. Viva la tierra y viva la mar.