La presencia de España en la Feria Mundial de Nueva York 1964-1965 es un ejemplo para cualquier Escuela de Negocios
La buena imagen y el consiguiente reflejo en los medios de comunicación, es básica. Y más lo era para España en esos momentos por las condiciones económicas y sociales.
La gastronomía, junto con la cultura, fueron elementos esenciales en que se basó la “campaña”. Circunscribiéndonos al aspecto gastronómico, recordemos que abrió sus puertas el 22 de abril de 1964. El 18 de mayo se produce la visita de los Duques de Windsor. El 6 de julio es el almuerzo de los representantes de diferentes países, un centenar, ante la ONU. El 13 de julio llega el Monte Umbe con 400 cruceristas desde España. A lo que hay que unir el almuerzo de la primera dama de Estados Unidos, que fue cubierto por el New York Times.
Los Duques de Windsor, acompañados por el embajador de España Merry del Val y el comisario del Pabellón, Miguel García de Sáez, hacen un recorrido por el mismo con una parada prolongada en el bar Jerez, brindando con el vino que les ofrece el venenciador.
La elección de quien sería el “embajador gastronómico” la tenían muy clara. La persona ideal era un reputado hostelero, Clodoaldo Cortés, quien dudó mucho al principio. “Al aceptar me jugaba el todo por el todo”, le confesó el propio Cortés a Bettónica en 1972.”porque me jugaba el prestigio de mis dos restaurantes en Madrid: Jockey y Club 31. Así que puse mis condiciones sobre lo que hubo que discutir bastante”. Una vez embarcado en el proyecto contó con la colaboración de Fraga Iribarne y García de Sáez.
Es muy interesante conocer cómo fueron los preparativos. Y los podemos conocer a través del propio Cortés: “Era esencial atar todos loscabos, no olvidar el menor detalle. Empecé a trabajar cinco meses antes de la inauguración de la Feria: cada quince días viajaba a Nueva York para seguir de cerca la instalación de los restaurantes, para colaborar con los arquitectos y señalarles todas y cada una de las posibles exigencias que yo tenía”
De siempre ha sido un referente en la profesión su “obsesión” por la formación y presencia de sus empleados. Me contaron en su momento alguna anécdota sobre cómo revisaba desde el pecherín hasta el estado de las uñas de los camareros. ¿Leyenda?.
Para asistir a la Feria de N.Y hizo una selección de 200 empleados entre casi 3.000 solicitudes. Montó en Madrid, para los seleccionados, una especie de academia de clases diarias, teóricas y prácticas y, por la tarde, clases de inglés.
Finalmente se llevó a Nueva York a 198 personas: 196 hombres y dos mujeres para el servicio de lavandería. Detalle bien curioso es cada camarero viajó con una botella de anís y otra de coñac, “así tuvimos asegurada la intendencia de la tropa, casi doscientos”, en sus propias palabras.
A su cargo estaban cuatro locales – Toledo, Granada, Sevilla y Ronda, además de bar Jerez, donde se podía comer. A esto hay que añadir el bar marisquería Madrid.
En el Toledo, el más lujoso, se ofrecía la carta del Jockey madrileño. El Granada cocina española. El Ronda con una carta muy sencilla, El Sevilla, con un pequeño patio y tapas.
Voy a añadir solo algunos detalles para dejar para más adelante el paso de Cortés por La Feria de N.Y, ya que tengo previsto dedicarle unos capítulos de estos Relatos. Adelanto qué titulo llevarán: “Clodoaldo Cortés (Jockey y Club 31), un histórico y muchas historias”.
“Los Kennedy tenía mesa fija todos los días. Creo que, a partir de la visita de esta prestigiosa familia, aquello se disparó. En Nueva York. En el 1964 y 1965, si no pasabas por el Granada o el Toledo eras un Don Nadie”, aseguraba
Algo que le hubiese satisfecho a Donald Trump. Dos veces por semana llegaban mil kilos de pescado -desde lubinas a rodaballos, langostinos o lenguados- acondicionados en contenedores especiales fabricados en Estados Unidos.
No quiero dejar de señalar que presidía el salón del restaurante Toledo una magnífica pieza mural de Francisco Farreras, que fue muy reproducida en los medios.
El profesor Neal M. Rosendorf en su libro Franco Sells Spain to América destaca la introducción de la sangría en estados Unidos a través del pabellón, primer lugar donde muchos estadounidenses probaron esta bebida.
NO OS PERDÁIS EL SIGUIENTE RELATO. FERIA DE SAN ISIDRO 1990 (1). “JOSÉ LUIS LOZANO NUEVO GERENTE DE LAS VENTAS”