Hay restaurantes que destacan por su técnica, otros por su estética, y algunos —muy pocos— por el alma que les da sentido. El de Restaurante Juan Moreno, en Vera (Almería), pertenece a esta última categoría. La reciente selección del establecimiento entre los 20 mejores restaurantes de España según la Guía Gastro 2026 de El País no hace sino confirmar lo que muchos sabíamos: que allí se cocina memoria, verdad y excelencia.
El próximo año, el restaurante celebrará dos décadas de historia, un aniversario que invita no solo a aplaudir su trayectoria, sino a reflexionar sobre lo que significa construir un proyecto gastronómico honesto desde una tierra que, gracias a iniciativas como esta, ha aprendido a valorarse a sí misma.
Juan y Encarna: el origen de una historia luminosa
Juan Moreno y Encarna Moreno
Cuando se habla del restaurante, resulta imposible no mirar al origen. Porque Juan Moreno, ya jubilado, fue mucho más que el chef y fundador: fue un profesional de enorme formación —tanto académica como práctica— que trabajó en grandes cocinas de España y Europa antes de regresar a su tierra para crear un espacio propio. Pero, sobre todo, fue un hombre bueno, humilde, trabajador incansable y dueño de una calidad humana que quienes lo conocemos guardamos como un tesoro.
A su lado siempre estuvo Encarna Moreno, también retirada ya, presencia imprescindible y alma silenciosa del restaurante. Encarna representó la calidez, la hospitalidad y la bondad más pura: esas virtudes que no figuran en las guías gastronómicas pero que sostienen, día a día, la calidad de un establecimiento.
Ambos procedían de una trayectoria empresarial sólida —con proyectos como VeraHotel—, pero decidieron apostar por un sueño propio. Y lo lograron.
La nueva generación: la llama que sigue viva
Isa y José Antonio Moreno
Hoy, las riendas del restaurante están en manos de Jose Antonio Moreno, hijo de Juan y Encarna. Licenciado en Historia, eligió voluntariamente dejar a un lado la academia para entregarse a la gastronomía. Y la cocina española ganó con esa decisión. Junto a su esposa Isa, lidera el establecimiento con una mezcla de serenidad, rigor y entusiasmo que honra el legado familiar.
Juan Antonio es también un reputado enólogo, solicitado habitualmente para conferencias y jornadas. Su conocimiento del vino es profundo, sensible y siempre abierto a compartir. Las jornadas gastronómicas del restaurante son ya referencia nacional y muestran su capacidad para innovar sin perder raíces.
El Harapo, FECOAN y el valor de quienes suman
Más allá de la cocina, Juan Moreno dejó también una estela luminosa en el mundo asociativo. Como presidente de la Cofradía Gastronómica El Harapo, su papel es decisivo para dignificar y difundir la cultura culinaria almeriense.
Como presidente de FECOAN, puedo afirmar que la incorporación de El Harapo —y en particular la de Juan— ha significado un impulso extraordinario para nuestra federación. Su sensatez, su rigor y su humanidad engrandecen cualquier proyecto del que forma parte.
A veces la vida tiene la generosidad de permitirnos ser puente entre personas que merecen conocerse. Y debo decir, sin ánimo de protagonismo alguno, que he tenido la satisfacción íntima —esa que no necesita exhibirse— de acercar a la familia Moreno y a otras grandes casas de Vera al ámbito del asociacionismo gastronómico. Presentarlos a FECOAN, la federación que tengo el honor de presidir, fue un gesto sencillo que cualquier amigo habría hecho. Lo verdaderamente importante es lo que vino después: la relación fraterna que nació entre ellos y la gran familia de FECOAN, un vínculo que se ha fortalecido con el tiempo y que hoy me llena de un orgullo sereno. No por mí, sino por lo que han aportado y siguen aportando a nuestra federación y a la gastronomía andaluza.
Vera, tierra de grandes familias gastronómicas
Vera no se explica sin su gastronomía, ni su gastronomía sin sus grandes familias hosteleras. Y aquí conviene recordar que, del mismo modo que me unió una profunda amistad con Juan y Encarna, también tengo el privilegio de contar con la amistad sincera de otra saga imprescindible: los Carmona, del emblemático Restaurante-hotel Terraza Carmona. Otra familia entrañable, admirable y fundamental en la historia culinaria de la provincia.
Del mismo modo, es imposible hablar de la cocina veratense sin mencionar a Antonio Gázquez, chef y gerente del restaurante Las de Eras, de Taberna, profesor de cocina, empresario, divulgador y una de las voces más autorizadas del panorama gastronómico andaluz. Su labor, constante y brillante, honra los fogones de nuestra tierra.
A todos ellos me une algo más que el respeto profesional: me une la amistad de décadas. Una amistad que nació en 2005, cuando tuve el honor de ser requerido por la UAL para codirigir los Cursos de Verano de la Universidad de Almería en Vera, junto a mi querido José Miguel Martínez, cuya partida, hace unos meses, dejó una tristeza honda y un recuerdo que permanece vivo.
Desde entonces, he tenido la suerte, el orgullo y el honor de caminar al lado de estas grandes personas que tanto han dado —y siguen dando— a la gastronomía almeriense.
Un restaurante que honra la tradición y ennoblece a su tierra
El restaurante Juan Moreno es hoy un referente nacional, no solo por lo que sirve, sino por lo que representa: trabajo constante, respeto al producto, cocina honesta y un trato humano que convierte cada visita en una experiencia emocional.
Allí uno no solo come bien: allí uno se reconcilia con la idea de que la gastronomía, cuando nace del corazón y la profesionalidad, puede ser una forma de cultura.
Veinte años después, un futuro que sigue creciendo
La cocina evoluciona, las modas pasan, pero los proyectos que se construyen desde la autenticidad perduran. El restaurante Juan Moreno es uno de ellos. Lo fue con Juan y Encarna; lo es hoy con Juan Antonio y su equipo; y lo seguirá siendo mientras mantenga viva esa mezcla de tradición, excelencia y humanidad que lo hace único.
Brindo —con emoción sincera— por todo lo que han conseguido y por todo lo que todavía les queda por darnos.
Por Juan.
Por Encarna.
Por Juan Antonio e Isa.
Por los Carmona.
Por Antonio Gázquez
Por quienes ya no están y nos acompañan en el recuerdo.
Y por esa maravillosa tierra almeriense que se llama Vera, que gracias a ellos sigue sabiendo a lo mejor de nuestra gastronomía.