Puesto que mis inquietudes culinarias han sido mi debilidad, me inicié en el noble arte de cocinar de la mano de mi Sra. Madre, siempre con un claro objetivo, la defensa de nuestra cocina mallorquina, la intención de conocerla, darla a conocer y divulgarla. Hecho que no he podido lograr después de 37 años de empeño en intentar ganar esta guerra. Me pregunto: Por qué todas las regiones españolas se han volcado a favor de defender su gastronomía y utilizarla como reclamo turístico y nosotros no. Se crea la universidad y los alumnos salen con un total desconocimiento de la gastronomía mallorquina.
Hoy jubilado y con 74 años en mi bagaje, tengo más ilusión para dar a conocer la grandeza de nuestra cocina que cuando me inicié por este escabroso sendero que encierra el arte culinario.
La "mediterraneidad" que encierra el apéndice balear hace aún más grande, rica y variada la importancia de la cocina mallorquina.
Antes de 1981 no existía restaurante en Mallorca que dedicara sus tareas a la cocina mallorquina. ¡¡Consultar hemeroteca!! El 18 de diciembre de 1981 abrí mi restaurante Es Racó den Xesc de cocina mallorquina. A partir de esta gesta se han abierto infinidad de restaurantes dedicados a expandir la cocina mallorquina y, en contra de las negativas predicciones, hoy estamos donde estamos.
Qué son sas dolças de bescuit
Como verán, las doças de biscuit no tienen traducción literaria puesto que es un producto autóctono procedente de unas barras elaboradas con masa de ensaimada cuyo nombre es acoc.
Estas barras se dejan secar unos días después de cocidas. Después se cortan a rebanadas de 1?5 cm de grosor, se colocan sobre placa de horno y se hornean a horno perdido hasta que están bien doradas y muy crujientes.
Antiguamente estos biscotes lo tomaban las abuelas a media tarde acompañados de leche de almendras, leche merengada, horchata de arroz o chufa, además de utilizarse para rellenos, fiambres, albóndigas, etc. Pues este producto era indispensable para los menesteres antes mencionados y hoy casi olvidados.
También para muchos fiambres navideños, guisados de pavo, escaldums de gallina y rellenos agridulces; era y es fundamental para la buena cocina y perpetuar los viejos hábitos.