Este Premio Igartza Food Service es un reconocimiento al establecimiento que mejor represente el esfuerzo y el mantenimiento de la esencia de las barras de pintxos, su dinamismo y creatividad, como elemento diferenciador e identificativo de la gastronomía de Euskadi y Navarra; referente de la tradición culinaria del sector de Hostelería y atractivo turístico de primera magnitud.
Gran Sol es sin duda una de las referencias vasca e internacional del pintxo, caracterizado por una familia entregada en cuerpo y alma al cuidado de la cocina de bar, de una barra espectacular y de una dinámica creativa que le ha llevado a cosechar los más importantes premios en todos los certámenes que se celebran.
Una familia que se asienta en Hondarribia en 1968, cuando Bixen Muñoz y Mª Antonia Esnal se establecen en en el bar Gran Sol, y emprenden una línea de cocina tradicional, basada principalmente en cazuelitas y raciones, e introducen en la ciudad la barra de pintxos que habían conocido en su experiencia anterior en Donostia-San Sebastián.
En 2000, el bar Gran Sol es ya una referencia en Hondarribia, realiza una reforma en profundidad y pasan a dirigir el local sus hijos, Bixente y Nekane, iniciándose entonces una especialización en la cocina en miniatura con la creatividad y bajo unas líneas maestras basadas en los sabores, las raíces de la cocina tradicional y una cocina que tiene como objetivo transmitir emociones y sensaciones.
Ahora dirigido por los hermanos Nekane y Mikel, Gran Sol se ha convertido en un icono turístico de Hondarribia y un lugar de peregrinaje de los amantes de los pintxos a nivel internacional, adquiriendo un halo de calidad y autenticidad que le han llevado a abrir en Tokyo un bar de pintxos también llamado Gran Sol y que reproduce fielmente la cultura de los pintxos vascos y los pintxos de su matriz de Hondarribia.
El bar Gran Sol de Shibuya en Tokyo