En el número 12 de la calle de los Trabajadores, en pleno polígono industrial Pelagatos de Chiclana de la Frontera, se cuece —literal y metafóricamente— uno de los mayores éxitos gastronómicos de los últimos años en la provincia de Cádiz. Allí tiene su sede Elaborados Phénix S. L., una empresa familiar que ha convertido el pulpo en una auténtica seña de identidad y en un producto de referencia por su calidad excepcional.
Desde hace años, esta firma chiclanera se dedica a la elaboración y tratamiento de cefalópodos, con especial atención al pulpo, al que mima con una dedicación artesanal. El resultado no ha pasado desapercibido: cada vez son más los profesionales de la hostelería y los consumidores que elogian la seriedad, la profesionalidad y, sobre todo, la excelencia del producto que sale de estas instalaciones.
El Pulpo se sirve ya cocido perfectamente envasado al vacío, aunque tambien se vende crudo
Al frente de la empresa se encuentra Gloria Gallardo, junto a su marido Pablo Meni y el resto de su familia, que dirigen el proyecto con una filosofía clara y firme. Una manera de entender el negocio que se resume en las propias palabras de Gloria:
“El producto que aquí elaboramos es de máxima calidad. Preferimos ganar menos, pero que nuestros clientes queden total y absolutamente satisfechos. No anteponemos la economía en detrimento del producto; esa es, posiblemente, una de las claves de nuestro éxito”.
Y esa máxima se refleja en cada pieza de pulpo que comercializa Elaborados Phénix. No se trata solo de vender, sino de ofrecer un producto impecable, con una textura perfecta y un sabor que marca la diferencia.
La empresa trabaja principalmente con cefalópodos —pulpo, chocos, puntillitas, calamares—, mientras que el marisco queda, de momento, al margen. La razón es clara y coherente con su filosofía:
“El marisco es muy delicado. Si permanece en cámaras o congeladores más tiempo de lo habitual, el producto se deteriora y se quema, y no llega con la calidad que nosotros deseamos ofrecer. Por eso, aunque tenemos una amplia experiencia en el sector —mi marido ha regentado una empresa dedicada al marisco—, preferimos no trabajar con él por ahora”, explica Gloria.
Uno de los grandes secretos del éxito de Elaborados Phénix está en la cocción del pulpo, realizada íntegramente en sus propias instalaciones. Aquí no hay atajos ni procesos industriales impersonales. El pulpo se cuece de manera artesanal, en marmitas especiales, siguiendo un tratamiento específico según su origen, ya que cada procedencia requiere tiempos y técnicas distintas para alcanzar el punto exacto.
De esta labor se encarga Fernando Tubío, un auténtico experto en la cocción del pulpo, cuya experiencia resulta fundamental para lograr un producto final de calidad suprema.
“Cada pulpo tiene su textura y su comportamiento en la cocción. Aquí se cuece a mano, con conocimiento y respeto por el producto”, subraya Gloria.
El resultado es un pulpo con una cochura perfecta, tierno, sabroso y con una textura que conquista a quien lo prueba. Así lo confirman profesionales de prestigio, como Juan Carlos Morales, responsable del conocido restaurante El Farito, situado a la entrada del Novo Sancti Petri, quien no escatima elogios hacia el producto que recibe de esta empresa chiclanera.
Elaborados Phénix S. L. es, en definitiva, el ejemplo de cómo el trabajo constante, la apuesta por la calidad y la gestión familiar pueden convertir un producto tradicional en un auténtico fenómeno gastronómico. Desde Chiclana, esta empresa ha logrado que su pulpo no solo se consuma, sino que se recuerde, se recomiende y se busque.
Un éxito que no es fruto de la casualidad, sino del respeto absoluto por el producto y de una manera honesta y comprometida de entender la gastronomía. Aquí, el pulpo no es solo pulpo: es cultura, oficio y excelencia.