La región más conocida por sus crêpes es Bretaña (Francia) pues allí fue donde se realizaron por primera vez ya que la primera receta data de 1390 y desde entonces se han convertido en un alimento esencial. Sin duda Francia es la cuna de las crêpes, pero en muchos otros países como Estados Unidos, Argentina o incluso, Japón esta especialidad francesa ya es uno de sus desayunos o postres principales.
Normalmente se suelen denominar crêpes cuando la masa es dulce y se acompaña de mermelada, nata o distintos siropes. Cuando la masa es salada se denominan galettes y se toman acompañadas de queso, jamón york o distintos ingredientes salados. Calientes o frías, cualquier momento es ideal para tomarlas.
La diferencia entre ambas es que las galettes se hacen a base de harina de sarraceno y las crêpes a base harina de trigo. Los ingredientes principales en ambas son la harina, huevos, leche y azúcar o sal dependiendo del tipo de tortita. En Estados Unidos son típicas las pancakes, unas tortitas que se suelen tomar en el desayuno y que son más gruesas que las crêpes.
Las crêpes son muy fáciles de hacer. Vamos a necesitar:
- 125 gramos de harina
- ¼ litro de leche
- 3 huevos
- azúcar al gusto
La preparación de la masa es muy sencilla, tan sólo hay que mezclar los ingredientes con la batidora. Una vez hecho esto ponemos una sartén en el fuego y añadimos unas gotas de aceite. Cuando esté caliente vertemos la masa líquida cubriendo toda la sartén y la hacemos por un lado y después por el otro. Haremos tantas crêpes como nos dé la masa. Para degustarlas podemos rellenarlas con mermelada, helado o nata y sirope de chocolate o caramelo.