España es uno de los mayores productores de aceite y de mejor calidad. Los beneficios están asociados a la calidad, por ello las propiedades beneficiosas se asocian al aceite virgen extra.
Debido a la gran demanda desde que se conocen sus beneficios, la producción española es insuficiente para abastecer el mercado, además de ser un producto más caro. Por todo esto se importa aceite de otros países de peor calidad. Este se mezcla con el nuestro o bien se envasa sin mezclar en cooperativas españolas.
Hay que mirar bien la etiqueta para distinguir los productos, debe poner aceite de España. Con esto no quiero decir que sea malo el aceite que viene de fuera, pero si en muchos casos de peor calidad.
El prensado en frío es el que da como resultado el excelente aceite de oliva virgen y este es el responsable de los beneficios en la salud, sobre todo los cardiovasculares. Actualmente se ha visto que mejora el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, que afectan a un número elevado de la población.
Estos descubrimientos, de gran importancia, son un primer peldaño de una larga escalera que hay que subir en la investigación de este producto y que empezó hace 10 años, cuando un investigador americano en un congreso de Sicilia detectó, al probar aceite de oliva virgen, un picor similar al que experimentaba cuando tomaba ibuprofeno, medicamento de sobra conocido. Este hecho le llevo a iniciar una investigación, en la que acabó aislando un aldehído, el “oleocantal”, de propiedades antiinflamatorias similares al medicamento antes mencionado. A partir de aquí la investigación no ha parado de desarrollarse, llegándose a descubrimientos sorprendentes en el campo de la medicina y la salud.