- COMENSALES 4
- SE PREPARA EN 60 minutos
- DIFICULTAD Fácil
- PRECIO Medio
Comenzamos cortando el cordero en trozos pequeñitos tipo brunoise pero un poquito más grande. Luego, cortamos y picamos los ajos y la cebolla muy pequeñitos y los ponemos a dorar. Primero los ajos después la cebolla y seguidamente incorporamos el cordero. Salpimentamos y seguimos dorando la carne hasta conseguir que esté bien sellada. Después le incorporamos las hierbas aromáticas.
A continuación, podemos hacer una bechamel o directamente en el recipiente que estamos dorando el cordero, ponemos un poquito de harina, la tostamos e incorporamos un poco de agua para conseguir esa textura de cremosidad en nuestra elaboración.
Si decidimos por hacer la bechamel, derretimos la mantequilla, incorporamos la harina y por último la leche y le ponemos una pizca de sal, otra de nuez moscada y terminamos la bechamel para posteriormente incorporarla al cordero.
Para la crema de queso, solamente tenemos que derretir un poco la torta del casar y ponerla en un biberón.
Por último, solamente nos queda terminar nuestra elaboración y emplatarla. Para ello, cortamos la pasta brick en trozos de unos 8 cm de ancho. Ponemos nuestro cordero en uno de los laterales y enrollamos sobre sí mismo hasta hacer la forma como si fuese un canelón. De esta forma, haremos dos brik por persona.
Ya solamente nos quedaría pasarlo por una sartén con un poquito de aceite para tostar la pasta brick y que se nos quede crujiente. Una vez lo tengamos listo, lo vamos a poner en un plato rectangular y le vamos a poner unos puntitos de queso sobre cada brick de cordero, terminando con un toque de germinados y unas flores para decorar. ¡Listo para disfrutar!