Rentokil celebró su aniversario instalando el llamado Pestaurant pop-up por un día en Londres.
David Cross, director de la academia de formación técnica en Rentokil, explicó el porqué del Pestaurant: celebrar el arduo trabajo de Rentokil por mantener las plagas bajo control.
Por el contrario de lo que se pueda imaginar, la iniciativa fue bien acogida y fueron muchos los que se acercaron hasta el restaurante para cambiar por un día su menú habitual por lo que ofrecía Rentokil.
El menú consistía en platos exóticos como hamburguesas de paloma, grillos en sal y vinagre, gusanos a la barbacoa y hormigas cubiertas de chocolate.
La comida fue gratuita para todo valiente que se animara y aunque el menú no suena apetitoso, sí es saludable. Los insectos son ricos en proteínas, zinc, calcio y hierro, además de ser bajos en grasas.
Stan Knight, de nueve años, al comerse un puñado de gusanos vomitó, pero él dice que disfrutó de la experiencia culinaria. Cuando le preguntaron que por qué vomitó contestó: "No lo sé. Me gustaron. Estaban buenos. Creo que porque comí demasiados a la vez. Es como la comida normal". Tim Guest, un hombre de 40 años, comió los mismos gusanos que hicieron que Stan vomitara y advirtió que "No son precisamente muy agradable al tacto. Pero de sabor son como las patatas fritas que te dan en el supermercado". A pesar de ello dijo: "Yo no iría a coger un puñado de la naturaleza y comérmelos." Las palomas, a pesar de ser una molestia para muchos habitantes de la ciudad, son un manjar reconocido y la paloma torcaz se puede encontrar en los menús de restaurates con estrellas Michelin en todo el mundo.