“¡Nos encantan los aperitivos!", exclamación con la que podría sentirse identificado cualquier ciudadano español. Y es que no es ningún secreto que somos amantes de las famosas “tapas”, de “irnos de pinchos” y de “la hora del vermú”.
Nos da igual la época del año, la cultura del tapeo ha quedado tatuada en nuestras costumbres ibéricas y pocos son los que no ansían disfrutar del momento en el que se saborea con placer ese “pequeño regalo agregado” que acompaña a la bebida de turno: vinos, cañas, refrescos… Lo que sea, pero de la mano de la querida “tapa”.
Recién llegada la primavera, estación por excelencia para inaugurar terrazas, hasta los alérgicos se atreven a dar portazo en casa y salir a disfrutar de lo que irónicamente se considera un deporte: ir de tapas.
Precisamente en este artículo se ha querido homenajear esta tradición que tanto nos define y qué mejor manera para ello que hablar de la celebración de un acto que tiene justo ese objetivo: La Ruta de la Tapa.
Eventos como este tienen lugar en casi todos los puntos geográficos del país, sin embargo, me centraré en hablar del que tuvo lugar en Zalamea de la Serena (Badajoz), un pueblo extremeño al que guardo especial cariño. Durante el último fin de semana de marzo, los días 28 y 29, la Senda de la Tapa contagió a todos los allí presentes y la gastronomía lucía su mejor gala.
Bajo la organización del ayuntamiento ilipense un total de 10 establecimientos de la localidad participaron para competir por el título que les acreditara como el bar o restaurante con la mejor tapa. Para ello, los clientes tenían a su disposición un documento sobre el que colocaban la puntuación que le otorgaban a cada tapa una vez que habían podido degustarla. Al finalizar, se sorteaba entre todos los votantes una paleta de jamón ibérica y un queso de la Serena, manjares típicos del municipio.
En un ambiente ameno y relajado, la gente se reunió entre amigos dedicando el día a deleitar al paladar. El hermoso sol que lucía sumó aún más encanto a la jornada y los cientos de asistentes deslumbraban con sonrisas.
El bar Distylo se alzó con el premio a la tapa ganadora, bautizada con el nombre 'Delicia de cuaresma'. Original y sofisticada, cautivó a los clientes con su composición: bacalao desmigado al vapor sobre una base de pudin de pescado acompañada de cebolla y pimientos caramelizados. Logró fascinar y obtuvo gran éxito.
Se trata de un acontecimiento anual que busca dar a conocer la amplia variedad gastronómica de la localidad así como de fomentar e impulsar el sector de la restauración en el municipio.
Considerado como el hobby preferido de muchos, tapear es apto para todo tipo de públicos. Un ámbito en el que aprovechamos para conocer a gente nueva, celebrar días especiales o brindar por todo lo que está por venir. Si buscas conversar, comer, beber y disfrutar, no lo dudes, este es tu plan.