Nuestros nietos no sabrán lo que es el chocolate

Bombones de chocolate con almendras, tortitas con sirope de chocolate blanco, cacao a la taza con churros… ¿quién puede decir que no a estas delicias? Para los amantes de este dulce manjar (servidora se encuentra entre ellos) esta noticia puede ser alarmante. ¿Qué pasaría si el preciado oro azteca desapareciese? Aunque ya se ha hablado anteriormente de los problemas con la escasez de cacao, parece que el asunto se pone realmente serio. La mayor compañía productora de chocolate de suiza, Mars Inc. y Barry Callebaut AG, confirma la temible sospecha: el chocolate podría agotarse en 2020. Esta terrible noticia tiene su base en varios estudios e informes que, aunque no lo afirman al 100%, si que presagian la extinción del irresistible chocolate en cuestión de años. Este hecho se debe a que el consumo de cacao aumenta a un ritmo mayor que la producción del mismo.  Asia es, con diferencia, el país que más demanda de chocolate tiene. La Organización Internacional del Cacao anunció que en 2010, China llegó a consumir 40.000 toneladas de chocolate. Para este año se espera que el número ascienda a las 70.000 toneladas. Un crecimiento enorme en tan solo cuatro años, lo que podría dar lugar a que el país se convirtiera en pocos años en el segundo mercado consumidor de este producto, tras EE.UU. La escasez de los campos de cacao se deriva a diferentes causas: la sequía, el cambio climático o la plantación de otros cultivos más productivos, pero lo que más estragos ha causado y lo que ha conseguido disminuir la producción de esta semilla han sido la moniliasis y la escoba de bruja, hongos que afectan a la planta y que la dejan inservible. La empresa Barry Callebaut ha tomado medidas ante esta situación. El pasado junio organizó por segunda vez una conferencia centrada en “fomentar la colaboración” entre las diferentes empresas chocolateras. Una de las posibles soluciones es crear una variante del cacao que guarde la misma calidad y sabor que el original. ¿Conseguirá esa variante convencer a los amantes más puros del chocolate o se acabarán las visitas a escondidas a la cocina para coger “solo un trocito”?