La vendimia de este año rondará los 40 millones de hectolitros y aunque probablemente no se sobrepasarán la "cantidades históricas" registradas en 1980 y 1985, la actual cosecha de vino se prevé un ocho por ciento más que los 37 millones de hectolitros de 1999.
La sequía ha sido la causante de que, en buena medida, las previsiones iniciales, que aventuraban una producción de entre 42 y 45 millones de hectolitros, se hayan vuelto estimaciones a la baja, según avanzaban los meses estivales.
Los más prudentes ya avisaban de que los meses de julio, agosto y septiembre son fundamentales para el desarrollo de la vid y que cualquier adversidad climática, como ha sucedido, puede cambiar las tornas.
La persistente sequía mermó la producción en algunas zonas, como en la Comunidad Valenciana o Cataluña, mientras que otras regiones productoras, a pesar de la falta de lluvia, mantendrán la cosecha como es el caso de Andalucía, o Castilla y León donde subirá. EFEAGRO