Rencillas Y Polémicas Alternan con los Buenos Vinos | Vinos Y Bodegas

Falcon Crest se llamaba la serie, emitida por TVE, y cuyos actores y actrices más destacados, Ana Alicia,

Lorenzo Lamas, Robert Foxworth, Susi Sullivan, David Selby, Jane Wyman, etc., encarnaban a los personajes

de ficción: Angela Channing, Chase Gioberti, Maggie Gioberti, Lance Custom, Emma Channing, Melissa

Agretti, Richard Channing, Chau Li, Peter Stavros y Tony Custom.

El argumento relataba los esfuerzos de la tenaz Angela Channing para ganar el control completo y exclusivo

de los viñedos  de Falcon Crest, una de las mayores bodegas del Valle de Tuscany.

Durante muchos años, Ángela había dominado estos territorios, pero con la llegada de sus familiares, los

Gioberti, se complica todo. Chase Gioberti era el sobrino de Ángela y tras el fallecimiento de su madre,

hermana de la protagonista, acude en busca de lo que considera suyo, junto a su esposa y sus dos hijos.

Richard Channing, hijo ilegítimo de un ex marido de Ángela, también aparece en escena para arrebatar a su

madrastra sus más preciadas pertenencias: Falcon Crest. Un culebrón que durante más de nueve

temporadas pudimos ver en TVE y que nos tuvo en vilo pendientes de quien se haría al final con el viñedo

más preciado de la historia.

Todo esto me ha venido a la memoria, y lo digo sin ironizar y con cierta pena por conocer a algunos de los

implicados, al saber las noticias de la ruptura de la Familia Chivite, cuya tradición en el negocio del vino se

remonta al año 1647, con la fundación de una bodega en Cintruénigo por don Juan Chivite Frías, sin que

desde entonces la propiedad haya salido del ámbito familiar. Aunque las primeras informaciones son

contradictorias, podrían llegar a desaparecer los actuales propietarios, y los activos disponibles ir a parar,

en conjunto o por separado a comprador o compradores. De momento la gestión se ha encargado al BBVA.

Han resultado vanos los intentos de aproximación familiar, para sosegar una situación enfrentada desde

hace 10 años,tras la muerte del padre, Julián Chivite. Este contexto ha provocado constantes cambios en su

cúpula directiva, lo que ha aconsejado a sus asesores iniciar los movimientos para ejecutar una

desinversión ordenada, según aseguran fuentes del sector.

Las diferencias y la tensión existente entre las ramas provienen de una manera diferente de concebir el

negocio. Bodegas Chivite  está valorada en más de 40 millones de euros, según fuentes del sector, y ante la

situación de competencia que atraviesa el mercado, quiere lanzar nuevos vinos desde el Pago de Arínzano

(Estella) y centrarse en dar de sí todo lo que pueda la empresa, que es mucho más de lo que ha dado hasta

ahora, y no en buscar nuevos compradores que en los últimos años han llamado varias veces a las puerta y

se les ha dicho que no.

Esta desavenencia familiar parece superar a las precedentes en el sector y protagonizadas por los

hermanos Martínez Bujanda, la Familia Álvarez, de Vega Sicilia, o más recientemente las discrepancias

de la Familia Martínez, en la que Julio Faustino Martínez separó a sus hijos del negocio familiar del vino. 

Bien mirado, no hay motivos derivados de la crisis económica, ni disminuciones patrimoniales, ni siquiera

la pérdida de valor de sus productos, o la obsolescencia de sus vinos ni la competencia interna o extranjera.

Por el contrario, las cosas les van bien a los cuatro grupos, con bodegas funcionando en prestigiadas zonas

vinícolas, propietarios de grandes fincas, o de un espacio natural cuyos orígenes vitivinícolas se remontan al

siglo XI, como es el Señorío de Arínzano para los Chivite; las nuevas bodegas de Ribera para Faustino; las

diferentes empresas del sector creadas por los Martínez Bujanda; y nada digamos del mítico Vega Siclia, junto

a su otra bodega Alión, también en Ribera del Duero, y el último vino, por ahora, el Pintia de la bodega de Toro. A los cuales se sumará en breve un nuevo vino riojano, bajo la  titularidad de Bodegas Benjamin Rothschild & Vega Sicilia, con la familia Rothschild como partenaire, en particular Benjamín, hijo de Edmon de Rothsclid propietario de los Châteaux Clarke y Malmaison, situados en el Médoc, en Burdeos.

Ni Angela Chaninng, la implacable matriarca de Falcon Crest, se atrevió a tanto,  a pesar de que el nombre de este personaje se convirtió gracias a este papel en sinónimo de malvada durante los años ochenta. Despiadada y fría, la matriarca del clan de los Channing buscaba el control absoluto de los viñedos y para ello no dudó en utilizar cualquier táctica para arrebatárselo a su sobrino Chase o a su hijo Richard.

Esperamos y deseamos que en la vida real, los personajes que componen las sagas mencionadas, no lleguen a utilizar las malas artes de que Angela Channing hizo gala en la recordada serie, que, entre otras cosas sirvió para popularizar el nombre de la uva y los vinos de Cabernet Sauvignon, muy poco conocidos hasta entonces.