A Donostia de Pinchos

Pocas cosas hay en la vida más satisfactorias para mi que presentar una obra en la que se aúnan dos amores de mi vida: la gastronomía, la buena cocina y la ciudad que me vió nacer, crecer como cocinero y como persona y cuya calidad de vida no cambio por nada: Donostia-San Sebastián.


En este caso hay un gozo añadido como es introducir a un gran amigo, gastrónomo, cocinero y donostiarra como yo, Peio García Amiano y que se interna e indaga en un tema particularmente importante, "Santo y Seña" de la capital guipuzcoana, los pinchos.



Una especialidad culinaria que ha dado lugar a una permanente exhibición plástica de primer orden, y que ha convertido a los bares de esta ciudad en escaparates de su mejor culinaria tanto popular o de autor pero en versión miniatura. Algo que, por cierto aqui estaba plenamente vigente bastante antes de que se pusieran de moda las expresiones minimalistas actuales de la culinaria creativa.
Ir de pinchos por San Sebastián de la mano de un conecedor y ahora con la inestimable ayuda de este libro, es no solo un acontecimiento sino una de las tentaciones más irresistibles para todo aquel que, sin prisa alguna, quiere disfrutar de unos bocados de dioses. Y es que los pinchos donostiarras, son sin duda una de las riquezas más perdurables que poseemos. Toda una singularidad y casi un modo de entender los aspectos lúdicos de la vida. En definitiva, del buen vivir.