Relatos Sabrosos, una Visión Muy Particular de la Historia Gastronómica (Cap. 3)

LA CENA DE LAS MIL Y UNA NOCHES

El hotel Don Carlos es el antiguo Marbella Hilton, el último hotel que el gran Conrad Hilton inauguró antes de su fallecimiento.

Mi interés por los restaurantes de hotel viene de hace muchos años. Concretamente de comienzos de 1968 en Vitoria. Éste será el inicio de los relatos que haré, en su momento, en base a los Premios a los mejores restaurantes de hotel, otorgados por la Revista Panorama en 1991, que dieron origen a un amplio reportaje.

Hoy me centro en hotel Don Carlos de Marbella. Su Director General era uno de los grandes profesionales de la hostelería española. Y uno de los grandes puntos de referencia en la historia turística de la Costa del Sol, Rafael de la Fuente. Al que quiero dedicar uno de los relatos.

Rafael de la Fuente tenía muy clara su inclinación gastronómica. En anterior etapa en la Costa, como Director General del hotel Los Monteros (1971-84), el restaurante del mismo El Corzo, consiguió la primera estrella Michelin, que era, además, la primera en Andalucía. Su chef era Cristobal Rueda.

En ese apartado gastronómico fue, años más tarde, director de dos escuelas de hostelería que han dejado una huella patente. La Cónsula, en Churriana (Málaga) y La Fonda en Benalmádena.

Cuando lo visité, para el reportaje antes mencionado, ya le conocía de su anterior etapa en Madrid como Director General del hotel Villa Magna (1986-1990). Y sabía de sus inquietudes gastronómicas. Y también por su amor por el medio ambiente, que le potenciaban en ese caso con el gran pulmón verde de los 20.000 metros cuadrados del hotel. Y en donde podía ofrecer una gran, y variada, oferta culinaria en los distintos ambientes. Como su Club de Playa, situado al lado de la piscina, con un espléndido buffet, que era muy elogiado.

De la Fuente me comentaba “Un restaurante en un hotel como éste debe de ofrecer todo lo que tenga uno bueno más el entorno de un hotel de lujo (salones, jardines…)

En el momento de montar la foto, con mi amigo Paco Llata, que ilustra este relato, no pude por menos que recordar uno de los cuentos de las Mil y Una Noches. “Historia de Alí Ben-Bekar y  la Bella Schamsennahar”.

“Ali Ben-Bekar estaba en la tienda de su amigo Abalhassan cuando llegó una comitiva con una joven en una cabalgadura. Descabalgó, apoyándose en los hombros de sus esclavas. Como no temía que la molestasen en casa de Abalhassan, se levantó un momento el velillo de la cara, y brilló sin ningún obstáculo toda su belleza.

El joven príncipe, discretamente, hizo el ademán de alejarse para no molestar. La joven dijo a Abalhassan . ”No quiero ser causante de que se vayan tus parroquianos. Invita a ese joven a quedarse”

Al oír estas palabras, y no queriendo ser menos galante, le dijo a la joven “¡Oh, señora mía! Si me alejaba no era solo por temor de ser inoportuno, sino porque al verte pensé en los versos del poeta:

¡Oh tú, que miras al sol!. ¿No ves que habita en alturas que ninguna mirada humana podría medir?

¿Piensas poder alcanzarlo sin alas o crees ¡oh candoroso!. Que va a bajar hasta ti?.

¿A quién no le apetece disfrutar, en una suite, de una copa de Moët & Chandón?

Firmado: José Luis Jiménez