Los Mejores Vinos Tintos Reserva Españoles Que Se Afanan por Conquistar el Suelo Internacional

El buen comer y el buen beber es algo que se asocia de manera directa con territorio español y, más concretamente, cuando hablamos del vino. Esta bebida es una de las más populares en el mundo a día de hoy y también una de aquellas que más relevancia tiene dentro de España, donde es un acompañante habitual de las comidas, las fiestas y los encuentros casuales.

Todo se puede acompañar con un vino y, generalmente, se tiende a pensar que es mejor hacerlo debido a la alta tradición que existe en las diferentes zonas del país en lo que a la producción y fabricación del mismo se refiere.

Esto es algo que se deja ver en todas las variedades del mismo, desde un tinto gran reserva hasta un tempranillo, popular también dependiendo del territorio geográfico en el que uno se encuentre. Dicha variedad y calidad es la que ha llevado a las empresas nacionales a buscar países extranjeros hacia los que exportar este tipo de producto, encontrando un filón muy grande en países como Reino Unido o Japón, hacia donde los envíos de botellas no han dejado de crecer en los últimos años.

De hecho, 2019 está resultando ser un año de récord para las exportaciones a este último país, habiendo aumentando en un 180 % los pedidos durante la primera mitad del año respecto al mismo periodo de 2018.

Es un mercado vivo, en definitiva, que no cesa su aumento gracias a la demanda tanto nacional como internacional del producto. Unido a las nuevas tecnologías (ahora, incluso, puedes seleccionar algún tinto reserva para su compra online), es de esperar que la popularidad del vino continúe en un claro crecimiento a lo largo del futuro más próximo, redoblando los niveles de producción para poder abastecer a el creciente sector.

Los tipos de vino en España

Por la riqueza de su suelo, en España se pueden cultivar una gran cantidad de vinos, tanto autóctonos como importados, que producen excelentes resultados dependiendo de la ubicación geográfica. Así, la variedad que se puede encontrar en las secciones dedicadas de los supermercados –y ni qué decir de las tiendas especializadas– es realmente alta, con una amplia gama de producto que denota la gran cultura y trabajo en este campo que da en el país.

Uno puede encontrar, por ejemplo, Cabernet Sauvignon, Merlot o Pinot noir, variedades procedentes de Francia que se cultivan principalmente en las zonas mediterráneas y en el interior, ofreciendo una alta calidad de producto final con el que acompañar no solo las comidas, sino también elaborar las mismas, como es el caso de las clásicas Peras al vino tinto. Con estos vinos, uno juega sobre seguro a la hora de apostar por una excelente relación entre calidad y precio.

Aunque si se habla de precio uno tiene que mencionar de forma evidente el tempranillo, que se produce en todo tipo de variedades en diferentes denominaciones de origen y que se ha ganado un hueco de relevancia dentro del mercado nacional por las excelentes cualidades que aporta a cambio de unas cantidades ciertamente económicas. Lo más importante de este vino, eso sí, es que hay que conocer muy bien los gustos de aquellos que lo van a ingerir, dado que su sabor varía mucho en función de la producción.

Nombres con arraigo

Más allá de estos, dentro de las especialidades del vino encontramos aquellos nombres que componen buena parte de la carta vinícola especializada en el país, que dan origen a grandes productos que se han convertido en enseña de una o varias regiones. Garnacha en Cataluña y La Rioja, Monastrell en la zona levantina o Mencía por la zona norte del país son algunos de los tipos de vino que, si bien su nombre no suele llegar al gran público, se encuentran dentro de la oferta que uno consumirá de manera habitual si acostumbra a ingerir esta bebida.

En resumidas cuentas, las opciones cuando se habla de vino en España son tantas y tan variadas que resulta imposible no encontrar la variedad y tipo que más se adecue a las necesidades y gustos de cada uno en un momento concreto. Será necesario, eso sí, conocer, probar y determinar cuáles, bajo los gustos personales, son los vinos que se adaptan en mejor medida a las diferentes situaciones en los que este puede ser consumido.