Estoy aquí de nuevo con vosotros para
presentaros una cerveza realmente curiosa que me sorprendió mucho. Se trata la
Lervig Oat IPA. Lervig es una cervecera artesanal noruega, situada en la ciudad
costera de Stavanger, poco conocida por nuestros lares. Y no será por su poca
producción. Elaboran una gran variedad de cervezas, desde las más suaves y
bebibles Lagers hasta potentes y extremas como pueden ser sus Indian Pale Ale.
Se trata de una cervecera con un gran reconocimiento internacional, siempre
está entre las 100 mejores productoras del mundo, y es considerada como el
mejor elaborador noruego.
Su secreto está en su variedad. No se cierran
puertas: elaboran cervezas para el público en general, pero al mismo tiempo crean
productos para los cerveceros más entendidos y críticos. Entre elaboraciones
propias y colaboraciones, Lervig produce actualmente una treintena de cervezas
diferentes. Siempre están experimentando, le dan mucha importancia a la
creatividad, dando rienda suelta a su imaginación para crear productos
sorprendentes. Se centran más en la calidad que en producir gran cantidad.
Gracias a ello, en 2015 exportaron fuera de Noruega el 30% de su producción. Su
objetivo es elaborar las mejores cervezas del mundo, una meta nada fácil. Pero
el sello de Lervig garantiza que estamos delante de una artesanal de
calidad.
Y este es el caso de la Oat IPA. Se trata de
una Indian Pale Ale con la particularidad que lleva avena. El nacimiento de
esta cerveza es más que curioso. Lervig decidió hacerse un autoregalo por su 40
aniversario. Y, como no podía ser de otra manera, fue un regalo “lupulizado”.
Pero este regalo tenía que tener algo especial. Por ello, decidieron reducir la
malta Caramel y sustituirla por un 25% de avena, que aporta una cremosidad
suave y sedosa. De esta manera consiguieron una IPA con una textura y un cuerpo
muy particular. Contentos con el resultado obtenido, afortunadamente decidieron
comercializarla.
A primera vista vemos una cerveza con un
color dorado anaranjado turbio. Si la servimos bien, nos encontraremos con un
dedo de espuma blanca muy fina, aunque esta desaparece bastante rápido. Como la
gran mayoría de las IPA, la burbuja es fina pero escasa. Rápidamente desprende
aromas frutales y a cítricos.
El primer sorbo es fresco y ligero, poco
habitual en una Indian Pale Ale. En boca confirmamos su poca carbonatación,
aunque es agradable y suficiente. En este aspecto en Lervig han querido ser
fieles al ADN de las IPA. Como también lo han sido con la característica
principal de las IPA: el amargor. Este aparece enseguida, pero no de una manera
abrupta y potente, sino de una forma progresiva y suave. Es curioso, ya que
Lervig anuncia que esta rubia tiene un 90 en la escala IBU. Una cifra bastante
alta, pero en boca no parece tan amarga. Realmente me pareció suave para
tratarse de una IPA. Puede que el uso de la avena, que consigue que la cerveza
sea más cremosa, disimule un poco este amargor y consigue un conjunto muy
interesante.
Para elaborar la Oat IPA, Lervig ha
seleccionado tres tipos diferentes de lúpulos: Nelson Sauvin de Nueva Zelanda,
Hallertau Blanc de Alemania y Aurora de Eslovenia. El resultado es una cerveza
con un intenso aroma y sabor a uva y vino blanco, debido al Hallertau Blanc, y
a frutas cítricas, como la lima o la fruta de la pasión, y toques florales,
gracias al Aurora. El retrogusto final, aunque es cierto que ya se pueden notar
toques al inicio, es de grosellas recién prensadas y pomelo, todo ello
proveniente del Nelson Sauvin. En definitiva, una buena combinación que deja un
sabor agradable y afrutado en boca.
El otro factor característico de esta Oat IPA
es su cuerpo. En Lervig aseguran haber conseguido un conjunto integral. Para
ello se han valido de la malta Pale como base, a la que han añadido Caramel
para darle un poco de color y sabor. Pero el toque especial es el 25% de avena
que han utilizado. La avena es un ingrediente típico en cervezas como las Stout
o las Porter, pero nada habitual en las IPA. Con ella han logrado una cremosidad
suave y sedosa y una textura muy particular en esta cerveza. El resultado final
es muy interesante y agradable en boca.
Otro aspecto curioso es su graduación alcohólica, que es de 7,2%. Pero
cuando se degusta no se aprecia como una cerveza muy fuerte. Como el amargor, el
alcohol está bastante enmascarado. Puede que su peculiar cuerpo y textura ayude
a ello. Esto es de agradecer, ya que la convierte en una rubia fácil y
agradable de beber. Pero recordad, este tipo de cervezas con el alcohol un poco
escondido son traicioneras.
Como buena IPA, la Lervig es una compañera ideal para platos picantes,
comida asiática, curris o pescados como el atún o el ceviche fresco. Una
combinación que ofrece la cervecera es degustarla junto a un cheesecake, una
mezcla un poco peculiar. Para servir esta cerveza, es recomendable no usar
copas muy abiertas o rectas, para evitar que se escapen los aromas. La
tradicional copa de cerveza que se cierra en su parte superior es perfecta para
las IPA.
En definitiva, se trata de una
cerveza agradable, equilibrada y bien conseguida. Ha sido un gran
descubrimiento. Para ser una IPA, es suave, ligera y fácil de beber. Puede ser
perfectamente una cerveza para el día a día. A pesar de ello, no es nada fácil
de conseguir. Si tenéis la suerte de encontrarla, no dudéis en haceros con una
y disfrutar de una gran cerveza.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |