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La Lasaña Que Estaba de Muerte



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Sandra
¡Quiero chup chup de la cazuela!



Llegaba la Navidad...el color blanco inundaba las calles, no sólo porque nevaba, sino también porque  los algodones que utilizan en las tiendas para llenar sus mostradores son blancos. Y junto con el blanco, el rojo prevalecía entre los objetos de decoración, configurando un especial panorama urbano.

Los niños esperaban la llegada de Papá Noel, que es un personaje de lo más entrañable y generoso. Qué más quisiera Antonio que su jefe fuera la mitad de simpático. Ni le había regalado una cesta de navidad ni tampoco le había dado una paga extra y, mientras, Papá Noel pensaba traer a miles de niños videoconsolas y juegos de elevado precio... Cómo son las cosas...

La cuestión es que Antonio no andaba precisamente contento por las fechas navideñas pero el eje central de este cuento no es esa introducción al personaje sino una comida que resultó mortal. A la pregunta, que puede surgir de forma natural, a modo de sospecha anticipatoria, de si acaso la comida se la comió Antonio, la respuesta es que, efectivamente, así fue, y si alguien se pregunta: ¿Qué tenía la comida? La respuesta es que un veneno mortal.

Pero, ¿quién lo puso ahí?
Pues fue la vecina del protagonista...¿en serio?
¿Por qué lo hizo? (y, de nuevo, ¿por qué?)

Fue porque estaba celosa de que el pobre Antonio hubiera conocido a una mujer a través de Internet, en un cibercafé, una tarde...

Resultó así que estando Antonio en casa frente a un plato de exquisita comida italiana, llamó al teléfono una mujer. Antonio cogió el teléfono, dijo ?¿sí??. Y cayó al suelo de golpe, envenenado por la lasaña. ?Antonio, ¿eres tú?, oye que el jefe tiene una cesta de Navidad con jamón, turrón y botellas de cava del Penedés y Priorato...¿Me oyes?? Antonio yacía en el suelo con un tenedor en la mano.

Al rato, el teléfono comunicaba. La colega de trabajo había desistido de esperar una respuesta del buen Antonio, y feliz y contenta se había retirado a decorar un árbol de Navidad de plástico.

Y así termina esta historia. Ya nadie se preguntará: ?¿Qué le traerá Papá Noel a Antonio??, porque la lasaña estaba de muerte.
 



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