Como una atalaya fuertemente anclada en lo alto de una colina, así es un padre que nos cuida y guía, la roca en nuestra vida, tenaz, sólido, inquebrantable.
De la misma manera, las cepas de Tempranillo hunden sus raíces en Clunia, el territorio más septentrional de La Meseta.
A unos mil metros de altitud sobre el nivel del mar, los vientos las agitan en invierno, el frío y las heladas las castigan, el sol abrasador las quema en verano pero cada otoño, como padre fiel, vuelven a demostrarnos su fortaleza y carácter, su lealtad y nobleza. Siempre ahí para nosotros, pase lo que pase.
Un padre es nuestro norte, al que siempre miramos cuando estamos perdidos. Así es el terruño de Clunia, la base de este Tempranillo en el que siempre podremos confiar porque es honesto, no miente jamás, cuídalo y te dará todo el bien que guarda su esencia.
Clunia Tempranillo personifica la lealtad de un viñedo, la fortaleza de unas cepas, la honestidad de la naturaleza para forjar carácter, el mismo que el de un padre. Por eso, obsequiarle con Clunia Tempranillo es reconocer su labor de toda una vida, honrar su fuerza, agradecer su devoción para nosotros.
No olvides tener preparada al menos una botella de Clunia Tempranillo para celebrar su día especial. No necesitarás palabras: con Clunia Tempranillo, tu padre sabrá qué sientes.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |