Un Bar en una Antigua Cámara Frigorífica Soviética

Natalia Llopis Benito

Sí, sí, has leído bien. Hemos oído hablar de bares de hielo, de tiendas de ropa en las que te puedes tomar una copa, de discotecas dentro de iglesias, y de antiguos templos convertidos en locales de copa, por lo que esto no debería extrañarnos tanto. Está claro, por tanto, que el diseño está íntimamente ligado a la gastronomía, y que igual que buscamos restaurantes o bares donde nos cocinen las últimas novedades en cuanto a platos, en el fondo, también buscamos un diseño original y que nos llame la atención.

La gente valora un restaurante por muchos motivos (servicio, calidad, comida, originalidad, etc) y la decoración es uno de los más importantes. Por eso, es cada vez más común que lleguen a nuestros oídos iniciativas como la de Sever Bar. Este local ha sido reconstruido en lo que en la época de la URSS fue una antigua cámara frigorífica de una pequeña panadería local de Leningrado, lo que ahora conocemos como San Petersburgo. Los fundadores de Sever Bar tomaron la valiente decisión de mantener el auténtico interior original, añadiendo algunos toques ‘amistosos’ como el rótulo de neón y algunas zonas de azulejos pintados a mano. La iluminación, que logra disimular la severa sensación de humedad, se logra gracias a una serie de particulares lámparas redescubiertas en una antigua fábrica de la era soviética.

Por lo tanto, no se trata de un proyecto de restauración propiamente dicho, ni tampoco es una transformación en sí. De hecho, los arquitectos han querido dejar la esencia de lo que fue la panadería “Smolninski” de la antigua Unión Soviética, dejando que las tristes paredes de hormigón desgastadas por el acuse de los años y el brutal ladrillo, hablen por sí solos.

El bar es la última aportación al llamado ETAGI Loft Project, un centro artístico que ocupa cinco plantas de un edificio en San Petesburgo que data de 1950. Otras iniciativas establecidas en este centro incluyen galerías, salas de exposiciones, una librería y una cafetería. Además, destacados artistas locales se encuentran a diario tras la barra de Sever Bar sirviendo las bebidas, que incluyen una aspirina gratis, un desconcertante detalle que invita a la reflexión.