Sólo con un poco de sal y un "trac" de pimienta...

Estamos en la era del modernismo, como no, con las tendencias moleculares, cocinas al vacío y mucho más. La ciencia avanza y eso nadie lo va a parar, no soy tan loca como para esperar que eso suceda.

A veces me digo, ¡Qué pensaría mi abuela de la cocina de hoy! Ella que cocinaba de la forma más sencilla y natural, con los frutos recién cosechados de su huerta y las gallinas del corral... Pero la ciencia avanza, sí. Es un hecho. Y lo hace a pasos agigantados. La cocina de la mano va, y por supuesto que a muchos no les caerá nada mal... con sólo abrir un sobrecito, hidratarlo con un poco de agua, cocinar unos cinco minutitos y ya, la sopita caliente en tu plato estará.

Y pues la gente no se deja de admirar de las facilidades de hoy en día para cocinar. Hoy hasta el más desapegado al fogón podrá prepararte una cena con mucha emoción, y a sus invitados sentar en la mesa sin tener que haber pelado una sola habichuela.

Pero para mí, que soy de ollas tomar, nunca dejaré de apreciar, un pescadito fresquito a la plancha, claro está sin ni siquiera congelar, su chorrito de aceite de oliva, verduritas frescas del huerto, de esas que usaba mi abuela, unas ricas papitas amarillas -patatas como los españoles llamarán-, una copita de buen vino, con un poco de sal y su "trac" de pimienta fresca del molinillo de frente a mi plato. Deberíamos pensar lo mucho que perdemos cuando el estrés de la vida que llevamos hoy en día nos priva de estos pequeños placeres.

Aprovechen señores estas comidas que todavía están, y no dejen de comprar esas frescuras que en los mercados podemos hallar.

No es que esté en contra del avance, ¡claro que no! Sólo quiero hacerles recordar que la comida fresca todavía se puede disfrutar... y que no requiere tanto tiempo de preparación...

Sírvanse señores en su mesa los frutos que la naturaleza todavía nos da.