Ayer, tuve esta conversación:
Hello, is it here, the brunch?
Perdone, no entiendo muy bien el inglés… ¿The brunch? ¿O se confunde con un lunch?
¿Qué es lo que quiere?
Sorry, no spanish. Is the brunch here?
Qué pesado con el Brunch. Ande, pase, pase que algo debe haber.
Lo que pasa es que al final tenía razón en que había un brunch, una nueva modalidad de comida, a medio camino entre el break fast (desayuno) y el Lunch, comida. Y como corresponde, es abundante y rico. De modo que el chico no iba nada mal encaminado al pasar por la puerta del local y preguntar, con hambre, por las delicias que le esperaban.
Todo sucedía en el barrio de la Barceloneta, lugar por donde circulan abundantes turistas y en el Bar Celoneta, concretamente, considerado el número uno en Brunch italiano. Esto pone en un cartel en la puerta, por la que si te asomas, por cierto, huele a pescadito frito, bien rico. El mar está muy cerca y por la zona abundan. Qué rico. Qué bonito enclave.
Pues me gusta la idea del brunch, así que voy a seguir al inglés, me dije… Y a por unas tapitas.
Ya que estoy en un sitio apetecible, dejo unos ejemplares en papel del libro “Algo rico se cuece” por si alguien quisiera comprar alguno. Qué idóneo lugar, un sitio de manjares elaborados con cariño.
Genial ¡Me gusta el naranja! exclamó el dueño, con acento italiano, Roberto Didone, refiriéndose a la portada.
Perfecto, pues brindemos con el vino que hacen en la región del camino de Santiago.
Chin chin. Dale que brindo, por ti, por mi ¡y por el Bar celoneta! Donde se cuecen muchos acontecimientos ricos.
En la calle Sevilla, número 70. Y olé.