Los Dulces, la Comida Y las Mujeres en Santa águeda.

Sara López

En las pequeñas localidades castellanas las celebraciones en torno a esta santa están protagonizadas por las mujeres; se visten con los trajes regionales, bailan, organizan una comida en la que solo se permite la presencia femenina, recaudan dinero a cambio de pastas y en definitiva, disfrutan del que consideran que es su día. Tras acudir a la misa oficial de la parroquia con sus mejores galas; el manteo, traje regional de gran valor histórico y para muchas, una importante herencia familiar, las mujeres se disponen a comenzar la parte más pícara de la que es considerada fiesta  femenina por excelencia. Santa Águeda, santa que fue virgen y mártir según la tradición cristiana, es una de las protagonistas de las fiestas populares de las localidades de Salamanca, Zamora o Segovia, entre otras.

La alcaldesa de Santa Águeda, que es, por así decirlo, la protagonista de la fiesta elegida cada año a votación o por acuerdo, teniendo en cuenta criterios como ser la de mayor edad, es la encargada de invitar a sus compañeras a unas pastas típicas y una limonada.

En este día, madres, hijas y abuelas se reúnen y  comparten una complicidad especial, desempolvan el traje de herencia familiar y se congregan con el resto de sus amigas para llevar a cabo una gran comida en la que los cánticos populares no cesan. Es un momento de alegría y diversión; disfrutan del vino, y de un buen menú que acuerdan con el restaurante de su localidad. En Torrecilla del Pinar, una pequeña localidad de Segovia,  Mesón Conrado, un excelente restaurante de la población, este año nos revela el menú que ofrecerá para la celebración: Crema de marisco, entrante de ibéricos y pato asado con un delicioso postre casero. Este año han decidido variar un poco el menú, pero durante muchos años el plato estrella  ha sido el cordero lechal asado, precisamente esta es la especialidad de la casa y además de ser  un manjar muy típico de la zona, del que próximamente también hablaremos.

El lado más pícaro de las fiestas, comienza tras la comida. En este momento las mujeres ofrecen pastas acompañadas por un trago de vino y piden a los que por allí pasan una donación para colaborar con la celebración. Con mucha gracia y desparpajo, ellas sacan los colores a los hombres que por allí se dejan ver con la intención de que ayuden con algún donativo. Entre los dulces ofrecidos, destaca los surtidos típicos, las pastas de té, los mantecados o los pastelillos de hojaldre y miel.

Se trata de una bonita fiesta con una larga tradición y un alto valor emotivo para las que lo viven. Una oportunidad para reunirse, pasarlo bien y disfrutar de una buena comida entre amigas.