La Cocina Húngara

Si pensaban que España era la única que se estaba sumando a la revolución gastronómica junto con otros países latinoamericanos, estaban equivocados. Otro país europeo que hasta hace pocos años estaba considerado como puntero en este sector, pero que había decaído, ahora está resurgiendo. Nunca es tarde, y el momento no es malo. Al noroeste de Europa, la capital Húngara de Budapest calienta motores tras años sumida en un 'stand by' que no le ha hecho ningún bien.

Según un artículo de la agencia Efe la primera causa de que la calidad de la cocina descendiera en un país que ya había rozado la cumbre, fue el comunismo y su afán de igualdad. Todos los cocineros tuvieron que diluirse entre la masa y pasar desapercibidos, acatando las normas de un único manual de cocina, responsable de la ausencia de variedad. Una maldición que duró más allá del año 90, pero que desde el 2007 va desapareciendo.

La mezcla de tradición unida a platos elaborados con mayor ligereza y el uso de las nuevas tecnologías están provocando una auténtica revolución gastronómica en el país. Debido a la Segunda Guerra Mundial y las terribles hambrunas por las que pasaba la población, cambiaron la variedad y la creatividad que tanto les caracterizaba por una dieta basada en harina, su principal aporte calórico.

En el 2007 la Asociación de Gastronomía de Hungría lanzó el concurso 'Evolución y Tradición' con el fin de impulsar la cocina húngara. Tamás Szell, chef del restaurante Onix, con una estrella Michelín, quedó en el décimo puesto del concurso Bocuse D'Or, el mejor de cocina en el mundo. Hecho que sirvió para reforzar la confianza de este sector.

Como ejemplo de evolución, los húngaros han tomado a España como referente, ya que es una de las razones por las que nuestro país destaca en la actualidad. Uno de los valores que han contribuido a este resurgimiento de la gastronomía es la iniciativa local, sin la cual ninguno de los dos restaurantes que ya gozan de una estrella Michelín, la hubieran obtenido.

Hungría, aunque con sus tiempos, es un ejemplo de superación a pesar de las circunstancias. Además de representar esa idea de que la cocina se lleva en las venas. No importa cuanto se reprima, porque si se lleva dentro, resurge y en esta ocasión, lo hace para destacar, no para añadirse a la cola de países emergentes en este sector.