El Ingrediente Más Importante en Cualquier Plato

Gracias a los grandes Chef y al desarrollo de las comunicaciones, las
personas a quienes gusta incursionar en este maravilloso mundo de la buena
cocina nos encontramos con infinidad de platos, formas de hacer,
increíbles y magnìficas combinaciones, pero lo que predomina en todo esto es
el mensaje que nos llega, no digo yo al cerebro, sino al alma y
me refiero a los exquisitos sabores que puede disfrutar el más exigente
paladar.

Por esta misma razón también existen infinidad de especias e ingredientes
para poder lograr esta gama de sabores, al extremo de que su dominio se lo
hemos tenido que dejar a la memoria de la computadora.

No hay mente humana que pueda abarcarlos, aquí iría bien esa frase de: "Es mucho para un solo corazón".

No obstante, si bien existen diferentes escuelas de cocina, basadas en sus
culturas e ingredientes característicos de sus respectivas regiones,
hay uno que es el más importante y que es el alma de cualquier buen plato en
el mundo entero y también del planeta Marte, tan pronto empiecen a cocinar
allá.

Buscando la respuesta me dirijo hacia la forma de hacer, ahí está la
diferencia. A esa entrega de hacerlo sin escatimar esfuerzo alguno, de poner
todo lo mejor de uno en hacer ese plato.

Queridos amigos, este mundo moderno está muy falto de amor sincero, eso es
lo que más necesitamos y el ingrediente al que me refiero es el cariño con
el que se hace y se transmite a quien lo va a ingerir.

Sí amigo: ¡El Cariñito!.

Señores, me quito el sombrero ante todos aquellos que día a día se afanan y viven para transmitirnos su muestra de afecto, también en la mesa, con ese
plato que sólo ellos pueden lograr darnos. No se trata de comer por comer,
para eso con un pan con "algo" es suficiente, me refiero a los que cocinan con el calor de su corazón. Mi eterno reconocimiento a todas esas mamás, que no por gusto les decimos: "Oiga vieja, como el suyo no hay otro", a todas las esposas y a todos esos chef, que por ello merecidamente ya son familia
nuestra también.

Para mi es bien hermoso que un talentoso chef nos atienda personalmente, a mí y a mis estimados invitados, y que nos llegue al alma su mensaje de cariño a través de sus virtuosas manos. Poder percibirlo y disfrutarlo es un privilegio, les invito a que busquen y disfruten esta reconfortante fuente,¡ésta es la verdadera alta cocina!, pues donde no hay amor, ¿qué podemos buscar?.

Estemos de acuerdo en que por ello la buena cocina es un arte y ser un
reconocido chef es un don que Dios le ha dado, para servir con amor y
elegancia a sus comensales. ¡Por favor,no dejen de invitarme, eh!.