Chula, Estás Cabrón

M O L L E T E S C O N F R I J O L E S

Y P I C O D E G A L L O

I N G R E D I E N T E S

3 panes del día con corteza dura

6 flores de calabaza

2 tazas de queso fresco

1½ tazas de frijoles

P A R A L O S F R I J O L E S

2 tazas de frijoles

3 dientes de ajo

½ cebolla

1 cucharada de aceite

1 cucharadita de sal

P A R A E L P I C O D E G A L L O

3 jitomates

1 cebolla

2 chiles serranos o jalapeños

1 manojo de cilantro

1 cucharadita de sal

P A S O S

En una olla, añade los frijoles, el ajo y la

cebolla picada y cocina durante 1 hora

hasta que estén blandos. Licúa los frijoles

aparte y vuelve a incorporar a la sartén

con una cucharada de aceite vegetal hasta

que reduzcan. Comprueba la sazón.

Corta los panes por la mitad y sácales el

migajón. Unta con unas cucharadas de

frijoles y encima acomoda los pedazos de

queso fresco.

Mételos en el horno a 180 ºC por 12 minutos

hasta que el queso se derrita.

Para el pico de gallo, pica finamente todos

los ingredientes, ponlos en un bol, sazona

con sal y revuelve bien.

Al sacar los molletes del horno, añade las

flores de calabaza crudas y acompaña con

el pico de gallo.

Karla Cova Villa, más conocida como Chula, ha creado un concepto gastronómico

único marcado por su increíble talento y su gran personalidad. Estudió Cultural

Management e hizo un posgrado en Historia del Arte.

Trabajó durante muchos años en un museo de arte contemporáneo, pero se dio

cuenta de que su verdadera pasión estaba entre fogones. Así que emprendió

un nuevo proyecto, Chula Cocina Creativa, una escuela que tiene como

propósito el empoderamiento de mujeres a través de contar historias con la

comida y cocinar con intuición.

Por amor dejó su México natal para establecerse en España. Ahora publica su

primer libro de cocina.

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La cocina es mucho más que un lugar donde se preparan alimentos; en muchas ocasiones ahí

convergen las culturas, las memorias se perpetúan y las emociones encuentran su

expresión más pura.

Tienes ante ti un libro muy especial. Karla es en sí misma un torbellino de pasión y vida.

No solo presenta platos de diferentes rincones del mundo, sino que nos acompaña a un viaje

sensorial que entrelaza la riqueza culinaria con las emociones humanas más profundas

como son la nostalgia, el duelo, la paz o la ternura. Cada página es una llamada a

experimentar la cocina de una manera nueva que te hará vibrar. No solo nos alimentamos

para saciar nuestro apetito, también para disfrutar de momentos llenos de intensidad,

amistad, confidencias y desahogos. De hecho, Karla presenta un reto maravilloso: nos anima

a unir sensaciones en su cuidada selección de recetas para despertar tus sentidos y

conectarte con tus emociones a través de la comida. Desde sopas que activan tu ternura,

desayunos llenos de agradecimiento hasta carnes rojas que abren la curiosidad o pastas que

hablan de placer. Cada receta está diseñada para inspirarte a cocinar con amor y disfrutar

cada bocado con plenitud.

Me gusta pensar que en este mundo tan globalizado la gastronomía se ha convertido en

un puente que une culturas y tradiciones. Los platos que presenta Karla nos embarcan

en un viaje culinario sin fronteras, donde cada bocado nos transporta a un rincón distinto

del planeta. Desde las albóndigas salseadas al estilo mexicano a los gyros griegos o los

paccheri de Bérgamo… La diversidad de sabores y aromas incita a explorar la riqueza

gastronómica que el mundo, sobre todo la fusión del latino y europeo, tiene para ofrecer.

Karla nos trae un mapa de emociones donde cada receta es una parada en el camino. Te

animo a que sientas la paz de un ceviche peruano, el placer de unos fideos secos o la

nostalgia de una limonada de buganvilla.

Bienvenido a un viaje donde la comida y las emociones se funden en una danza perfecta.

Gracias, Karla, por esta invitación a descubrir nuevos sabores. Querido lector, querida

cocinera, que disfrutes de cada sabor y, sobre todo, que estos platos inspiren tus momentos

más especiales. Abre tu corazón y tu paladar a esta aventura culinaria y deja que

cada receta te cuente su historia, que cada ingrediente te hable en su propio idioma y

que cada plato se convierta en una experiencia única. Porque, al final, la cocina es un

lenguaje universal que todos podemos entender y las emociones son los aderezos que dan

sabor a la vida.

PRÓLOGO

Marian Rojas Estapé

4

Desayunos / gratitud

Un buen desayuno es como un apapacho de todos tus ancestros en cada bocadito

de chilaquil, en cada mordida al taco. También es una manera de celebrar la

intimidad. Cuando tú invitas a alguien a desayunar a tu casa le estás abriendo las

puertas de tu corazón: te acabas de despertar y vas a compartir con él tus

primeros pensamientos.

Algunas recetas: Pan brioche con cajeta, brie y nuez | Molletes con frijoles y pico de

gallo

Botana / pasión

En España la gente se ríe cuando digo que vamos a empezar con la botana, pero a mí

no me sale decir «vamos a tomar el aperitivo». Se dice «vénganse a la botanita» y no

se comprende sin ciertas cosas, como el guacamole o la jícama picada. La jícama es

un nabo dulce que se come con limón, sal y chile, y está muy presente en el arte

mexicano. Al aperitivo se suele llegar sediento, así que siempre tiene que haber

aguas frescas, por ejemplo, de mango o de mamey. También tequilita, cervecita,

mezcal, michelada o clamato con cerveza, que lo llamamos «cielo rojo» y me

encanta.

Algunas recetas: Tortilla de papas | Pico de gallo | Hummus de chipotle

Ensaladas / equilibrio

La palabra respeto nunca había tenido tanto sentido para mí como equilibrio. Tú

tienes que ser tu prioridad, y si no te respetas a ti misma, si no respetas a tu

cuerpo, que es donde habitas, es difícil que todo lo demás tenga sentido. Cocinar

ensaladas también me parece una cuestión de empatía por una misma,

especialmente si llevan conservas en las que has trabajado una vez para disfrutar

muchas después.

Algunas recetas: Ensalada de tomate y granada | Baba ganoush | Poros al horno