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Aprender a Comer???


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FANNY PONS NICOLAU



En los últimos años, todos los temas que hacen referencia a la alimentación, nutrición y mundo de las dietas están a la orden del día. Ello nos hace pensar que estamos en el buen camino ya que nuestra sociedad parece cada día más consciente de lo importante que es seguir una dieta sana y equilibrada.

De todos modos, el ser más receptivos a determinados temas también nos hace ser más vulnerables y es por ello que la información que recibamos debe ser lo más clara y fiable posible. Sólo así podremos evitar el seguimiento de dietas mágicas o absurdas que al final sólo conducen a empeorar nuestra salud en lugar de mejorarla que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.

La labor o papel del educador nutricional no es otro que ir cambiando poco a poco el comportamiento o actitud de las personas frente a los alimentos.

Promover la dieta mediterránea instaurando unas pautas que faciliten su seguimiento e intentar corregir las desviaciones de peso desde la modificación de hábitos alimentarios. Este cambio de comportamiento no es fácil de llevar a cabo ya que normalmente dichos hábitos, ya sean correctos o no, se van adquiriendo a lo largo de nuestra vida y al ser muchos de ellos adquiridos en la infancia, perduran durante mucho tiempo.

Pero si partimos de la base que alimentación y nutrición son conceptos distintos, vale la pena insistir en que el acto de alimentarse es totalmente voluntario y consciente, o sea, cada individuo elige de forma libre los alimentos que van a formar parte de su dieta diaria. Es por ello que al participar nosotros mismos de forma directa sobre nuestra alimentación, estamos ante una conducta MODIFICABLE, o sea, podemos ?educarnos? y hacer que nuestra selección diaria de alimentos sea lo más correcta, sana y equilibrada posible.

Además, no podemos olvidar que aunque alimentación y nutrición sean conceptos distintos, están íntimamente ligados, es decir, de la selección diaria de alimentos, dependerá el que estemos mejor o peor nutridos y ello evidentemente repercutirá sobre nuestro estado de salud y calidad de vida. También así podremos evitar el posible desarrollo de algunas enfermedades degenerativas que tanto afectan a los países industrializados y que dependen del consumo abusivo y desequilibrado de determinados alimentos.

Actualmente está más que comprobado que no existen dietas ni remedios mágicos a los que todavía un gran sector de población se agarra. Debemos huir siempre de la publicidad engañosa, que promete una rápida pérdida de peso aplicando la ley del mínimo esfuerzo.
Cuando se quiera adelgazar, en lo primero que debemos pensar, además de asesoramiento profesional, es en la paciencia, ya que el peso que sobra debe perderse al mismo ritmo con el que se ha ganado, es decir, LENTAMENTE. Debemos pensar en meses incluso en años, si el sobrepeso es importante, ya que las prisas son el peor enemigo de la pérdida de peso.

Y para concluir, dejar claro que el único camino seguro para adelgazar y poder mantener un peso deseable a largo plazo es la modificación de hábitos no correctos a través de la educación nutricional y mantenerlos de por vida. Sólo de esta manera evitaremos el famoso efecto YO-YO ( adelgazar y volver a engordar en tiempo récord) y sobre todo, aprender a cuidarnos un poquito cada día, para no tener la necesidad de estar a dieta nunca.


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