los Pasteleros Artesanos Elaboran Ocho Toneladas de Torta de San Blas

El postre favorito del público y más complejo de preparar es la torta, seguida por las rosquillas y los macarrones

Los dulces estarán disponibles desde el viernes 25 de enero hasta el día del santo

La repostería ha acompañado el festejo desde sus orígenes 

Bilbao, febrero de 2019.- El día de San Blas -3 de febrero- ya está aquí junto a todas sus tradiciones y, una de las más consolidadas, son los postres típicos. Por ello, los pasteleros del Gremio de Pastelería Artesana de Bizkaia elaborarán ocho toneladas de tortas y rosquillas de San Blas y 12 de macarrones para satisfacer las peticiones de los vizcaínos. En este sentido, Iñaki Loizate, maestro pastelero del Gremio, indica que “la fecha en la que caiga la fiesta influye mucho en el ritmo de trabajo. Cuando es un domingo -como en esta ocasión- hay más personas disfrutando del festivo y, por ello, se trabaja a contrarreloj. Sin embargo, si el día es un lunes o martes, al no ser fiesta, podemos estar más tranquilos”.

“De los cuatro postres, los favoritos del público son la torta- en primer lugar- y las rosquillas -en segundo-, pero los macarrones, a pesar de estar disponibles durante todo el año, los siguen de cerca”. Estos productos, se ponen a la venta entre el viernes -25 de enero- y el sábado -26- y, a excepción de los macarrones que se mantienen durante todo el año, estarán disponibles hasta el día del santo. 

La feria de Abadiño o la romería de Bilbao son dos de los eventos más reconocidos, pero los elementos comunes a todo el territorio son los cordones bendecidos para evitar los problemas de garganta y los productos típicos. De hecho, las tortas, las rosquillas, los macarrones y los caramelos acompañan a la fiesta desde sus orígenes. A este aspecto, el repostero relata que “estos postres llevan haciéndose toda la vida. Mi abuelo abrió su pastelería hace 69 años y ya se elaboraban y, desde entonces, no ha habido un solo año en que no se preparen”.

La elaboración 

En cuanto a la elaboración, el experto indica que “las tortas y rosquillas de San Blas son más complejas de elaborar porque, para obtener una de estas piezas, se debe lograr que la torta sea bizcocho por un lado y galleta por el otro” y añade que “se trata de un trabajo que lleva muchos pasos diferenciados”. 

“El proceso para conseguir una torta o rosquilla de San Blas, ya que su única diferencia es el tamaño, comienza batiendo huevos, anís y azúcar y, cuando esa mezcla sube, se añade mantequilla, harina y sal. El resultado se divide en porciones y se mezcla en la amasadora. Después del amasado, se obtiene una galleta abizcochada que, tras ser horneada, se deja reposar. Una vez fría, se le da el característico baño blanco compuesto por claras de huevo, que se han batido hasta alcanzar el punto de nieve, azúcar y un poco de agua. El baño se esparce sobre la galleta, que se introduce de nuevo al horno para que se seque y, por último, se escribe el nombre del santo con chocolate”, explica el pastelero artesano.

Blas de Sebaste (Armenia), más conocido como San Blas, fue un médico y obispo entre los siglos III y IV que, tras salvar a un niño que se ahogaba con una espina de pescado que se le había atragantado, se asoció con la protección para los problemas de garganta. Esa creencia ha continuado hasta la actualidad con ejemplos como la bendición de los cordones, pero también se ha extendido a los postres. En este sentido, Loizate explica que “la tradición es que las abuelas y las madres compren un surtido de dulces y vayan a misa con sus nietos o hijos para que el sacerdote los bendiga”.