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La Crisis Que Viene


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Se dice que viene una bajada de consumo, la crisis que viene. Se dice que consumimos mucho, que hemos gastado demasiado en el piso, en el coche... y así podríamos enumerar tantas cosas materiales. ¡Qué os voy a contar! Pues que estoy de acuerdo con todo lo que se dice y claro que me preocupa porque la gente, lo primero que recorta es el salir a comer a los restaurantes. Aunque al mismo tiempo, esto mismo me hace ser optimista al pensar que alguien, al salir, seleccionará más dónde comer. ¿No os parece? ¿Irá a una casa veterana donde se trabaja con buena materia prima o saldrá a la aventura? Yo creo que esta última opción irá en descenso. Pero esto va a pasar en todos los niveles de la restauración, en tomar copas... etc. Y la verdad es que habrá que pensar mejor a qué destinamos el dinero. Muchas veces sucede que uno se gasta antes diez euros en un mal gin-tonic, preparado sin gracia, que 20 en un plato de gambas.

Pero volvamos al principio. Cuando se dice que hemos gastado más de lo que podíamos... de acuerdo. Pero, ¿y quién vela por la defensa del consumidor? Ésta no se ve. Y sucede que vas al mercado y puedes ver que de 075 euros el kilo de tomates ha pasado a 150 de un día para otro. También que una lechuga, de 0,80 un día pasa a 120 al día siguiente. Las gambas de 24 a 35 euros... Es que parece poco. Pero rebobinemos. Fijaos que ahora las gambas suben de precio y este ejemplo (real como la vida misma) supondría una subida de casi 2.000 pesetas. Una ensalada de tomate nos saldría por 100 pesetas más... ¡Y está ocurriendo con todas las verduras frescas! Así no extraña que el ama de casa lo pase mal. Que una familia lo pasara mal no se habría consentido antiguamente. Falta aprender a trabajar el euro en este país. Luego, los restaurantes valen, porque vale la materia prima y, sin embargo, no puedes transmitir a la cuenta esas fluctuaciones del mercado. ¿Quién defiende al consumidor? ¿Quien vigilará estas oscilaciones?

Se oye que va a subir la leche un 0..., el pan, los huevos... Ese no es el gran problema, sino que de un día para otro pueda llegar a costar un plato de judías verdes simplemente 7 u 8 euros el kilo. Más de mil pesetas. Que no nos vengan con el cuento cuando a diario las verduras, los pescados y las carnes sufren cambios exagerados de precio. Así que en A Fuego Lento vamos a empezar a hacer recetas por 4 euros.

Bueno, cambiando de tema. El verano se va acabando y este año estoy contento porque cuando leáis esto estaré a punto de cumplir 49 años. Sí, sí, no me quejo por llegar a esta edad después de este final de agosto. El joven Antonio Puerta muere en el campo de fútbol, y te hace plantearte si el deporte es o no es sano. Y fallece Umbral, Vilallonga... y tanta gente desconocida cada día. Por éstas y otras cosas puedo decir qué bien me siento al cumplir 49. Lo celebraré cenando con mi novia en El Bulli. Unos van a Lourdes, otros a Islamabad, otros a la Meca... Pues yo, desde que me llegó el uso de razón, voy a visitar a mi amigo Ferran Adrià y a Juli.

Hay que disfrutar de la vida, amigos. Ya veis que soy optimista, que aunque haya dicho al principio esas verdades que pienso, las cuento porque me gusta gritar al aire y decir lo que opino al tiempo que me doy cuenta de que aprendo de la vida misma. Porque, al llegar al final de mis 48, resulta que me percato de que sé hacer cosas que creía que no sabía. Por ejemplo. Una no os la puedo contar. Otra, que no pesco tan mal. La tercera: me decían que no sabía escuchar y resulta que soy un buen escuchador, por lo que me alegra saber que he escuchado y sé diferenciar. Y así es como empiezo el camino de mis 49. La próxima vez os contaré cómo ha transcurrido mi cena en El Bulli. Al día siguiente iré otra vez a saltar en paracaídas para que sea de nuevo un año de vértigo.

Y, para despedirme, como es la temporada de los higos, ahí va una receta:

Tarta de higos con crema y sorbete de queso

Ingredientes:

100 gr. de pasta sablé
8 higos medianos
jalea de higos

Para la crema de queso:

6 yemas de huevo
75 gr. de azúcar
500 gr. de nata
100 gr. de queso fresco
50 gr. de queso de Mahón

Para el sorbete de queso

Elaboración:

Estirar la masa sablé sobre unos moldes individuales y hornear a 180ºC unos quince minutos.

Para hacer la crema poner la nata al fuego y retirarla cuando empiece a hervir. Mientras montar las yemas con el azúcar, mezclar la nata y cocer al fuego hasta que se espese.

Pasarla por un chino y enfriarla unas horas en la nevera. Cuando esta bien frío, mezclar el queso fresco y el mahonés rallado muy fino y batirlo hasta que se monte.

Rellenar la tarteleta con la crema de queso, colocar sobre ella unas rodajas de higos y pintarlos con un poco de jalea de higos.

Colocar la tartaleta en el plato acompañado del helado.



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Albert Adrià

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