Nakeima, Recetas Asiáticas para 20

Situado en uno de los barrios madrileños más acostumbrados a la tradición del aperitivo se encuentra Nakeima. Es la nueva sensación del Barrio de Argüelles y tan solo lleva abierto cinco meses, desde octubre del año pasado. Este formato de negocio que funciona como una barra de cocina oriental es obra del cocinero Gonzalo García y del gastroempresario Luis Gómez-Bua.  Con su idea no esperaban tener tanto éxito, ni tener largas colas en la puerta de clientes esperando por probar su comida.

Con el concepto de dumpling bar por bandera quien intente reservar por teléfono se quedará con las ganas. En cuanto marcas su número de teléfono salta el contestador automático explicándote que actualmente no aceptan reservar y que lo que ofrecen es poder pasar por el local a degustar su comida en la barra. Además tan solo cuentan con dos únicas sesiones a las 14.00 y a las 21.00, descansando el lunes y el domingo. Solo admiten 20 comensales en cada turno, consideran que así son capaces de ofrecer lo mejor de ellos. Aún con estos detalles consiguen un gran éxito en su servicio. Nakeima ha conseguido traer lo que el New York Times llama The no-reservations generation, así es como llaman en Nueva York a este tipo de locales en los que tienes que esperar tu turno en una larga cola en la calle. 

Muchos al conocer las características de este restaurante de moda en Madrid se pregunta por qué la gente decide ir a un bar con tan solo una barra con ocho taburetes y dos mesas altas. Lo que más atrae a la gente es su precio, asequible (25-40 euros por persona) y la calidad de su comida. Aunque por el estilo de negocio de la sensación de comida callejera no es así. Sus recetas son asiáticas, elaboradas al instante y con estilo libre.

Otra peculiaridad del Nakeima que a muchos llame la atención es que no cuentan con una carta física para su menú. Sus especialidades están escritas a mano en las enormes pizarras que decoran el local. El motivo es porque su oferta está cambiando constantemente y dependiendo el día que acudas no sabes qué te pueden servir. Curri rojo de pollo, tataki de pez de mantequilla o dimsum de rabo de toro son algunas de las especialidades que pueden ofrecerte. Siempre medias raciones y su precio nunca con más de un dígito. El pan allí no tiene cabida y el café, de momento, tampoco.